domingo, 4 de febrero de 2018

Los detalles que me va mostrando el Destino me hacen sentir una ignorante marioneta en el titirimundi de estas realidades incomprensibles






Señora mía,

El gustito a limón del té motiva la energía para comenzar este día: otra vez el laaaaargo camino por el itinerario de los pensamientos de la duda, que consiste en el bipolar zigzagueo entre el mequiereynomequiere.
Como te conté en epístolas pretéritas, soy de observar cómo se mueve el Destino en las historias de amor, y deduzco finalmente el desenlace de la vida de mi amor o de mi dolor. En su quisquilloso teje y maneje, la realidad me ha hecho vivir y saber cosas que no encuadran en el manual de lo conocido. Las inexorables misivas que fui dejando entre los libros desde el 11 de noviembre, han estimulado a la realidad para que orqueste sus maleficios de manera que favorezcan a mis ilusiones. Pareciera que cuando el enamorado intenta algo para vivir ese amor, al poquito tiempo las rutas de la coincidencia llevan al encuentro a esos dos que se aman. Es como si Dios nos alentara para vivir ese amor. pero ahora, mi bien, los detalles que me va mostrando el Destino me hacen sentir una ignorante marioneta en el titirimundi de estas realidades incomprensibles.
Desde el día 16 de febrero no para de medita si es que usted aún ama a este hombre que se sumerge en la mayor de las humildades cada vez que contempla vuestra hermosura. En pocos minutos será 2 de marzo, Preparé una canción para ti. Hace unas horas pasé por tu lugar. Había estrellas. Las tres Marías, Pegasus,… ¿Qué nombre tiene en España La Cruz del Sur?



Mi queridísima Señora,

Dos infusiones son un exquisito complemento para la soledad de las 6 de la mañana. El ronroneo de los camiones municipales más los autobuses puntuales destaca una profunda manifestación en la quietud salmantina. Los operados del corazón aún roncan, griposos y cansados. Un servidor, luego de 20 días, se continúa preguntando por tu misteriosa visita a la tienda. Sólo barajo una posibilidad: que hayas estado ahí por casualidad o no. Cuando uno tiene la costumbre de observar, aprende a ver a Dios en las sutilezas. Desde la primera carta que te envié nuestros entrecruces se multiplicaron. “Desiderata”, encabezó la primera tarjeta, la cual firmé con un forzado rizo de mis cabellos. Y al verte al otro día, mis pasos se detuvieron como quien viera a un tigre y detiene el paso porque se da cuenta de lo que es. Pero no sé si Dios habrá tenido que ver, o fue solamente voluntad tuya, el acercarte para agradecerme con tu presencia aquella primera declaración de este amor. ¿Es requisito indispensable del amor que está viniendo que uno no pueda adivinar cuál de las dos posibilidades es.
Siempre te quise. Ese Espíritu que tienes, esa emoción. Cuando te veo caminando parece que viera andando a mis sueños de Amor. Todo eso que te cuento te lo estoy escribiendo a las 5 y cuarto de la madrugada: afuera llueve el viento impreciso forma cariz temeroso. Las iluminaciones artificiales de la poética Chinchibarra, desparraman sus fotoncitos encima de las edificaciones heladas, los automóviles y las aceras también. Algo empañados, los cristales de la ventana se visten con las gotitas de lluvia. La garúa nunca sobra ni escasea, es la regada gustosa y justa. Es por eso que el nuevo almendro llamado Albur, ha de bailar igual que un gitano. Quizá los otros se me hayan muerto debido al agua que les regué, y también la gardenia junto al bon-sai del manzano. Es que las plantas en interior muy fácilmente se ahogan.
Sin salir del ecosistema, el ruiseñor empapado le dedica una serenata a la madrugada subtormesina. Te voy a extrañar mucho, todo el tiempo que no te vea. Siempre te recuerdo. Pero no voy a cerrar la escritura de esta lírica madrugada con esa frase tan triste. Pensaré a futuro y te estaré esperando. Esta madrugada y yo ya nos hicimos la compañía que necesitábamos. ¡Adiós llovizna de Salamanca! ¡Adiós mis plantas! ¡Adiós almendro! Adiós luces municipales… Adiós al viento.

7 de marzo_A estas alturas, las luces municipales de la célebre Chinchibarra, perecen una constelación de estrellas orquestadas en fila india. Hoy hace 8 días que no sé de ti. Y no sé por qué, pero presiento que las ausencias han sido una receta efectiva para nutrir este amor. Como sea: ayer 11 de abril comencé a ver tu imagen paseando por los ventanales del bar en donde fui a comenzar un retrato.
23hs_¿Serán la cursivas eficaces estimulantes para las imágenes oníricas? Pues luego de dedicarte estas risueñas caligrafías, mi querida Señora, esta madrugada volví a dormir. Y finalmente, después de muchos días, soñé claramente contigo.
Usabas el cabello suelto, igual de largo que cuando te conocí, hace 10 años por detrás de estas fechas. Fue muy nítido, pero también breve. Nos encontrábamos en la puerta de un cine, la función estaba a punto de empezar. Llevabas puesto un tapado largo y azul casi marino. Me mirabas insistentemente, como si quisieras decirme algo que llevas guardado desde hace muchísimo tiempo. Aunque tu mirada también me dijo que esperabas una palabra mía que no encontré.

12 de abril









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