jueves, 24 de septiembre de 2015

Pareciera que Dios me está dando tema para que comente contigo

Queridísima Señora,


Igual que 9 años atrás hoy pienso en ti ininterrumpidamente. ¿Cómo podría deslumbrarte? ¿Qué te regalaría la próxima vez? ¿Pétalos de rosa? ¿Un clavel a papel crepé? Por los malentendidos pasados acepta mi perdón, y así descansa tu alma. Pero por favor, regresa siempre a mí. Hoy no puedo darte el número de una puerta en dónde tocar para encontrarme. Pero en mis miradas está la fiel palabra de que sigue siendo para ti todo mi amor.




 23hs, Hoy ha sido otro día, Señora, inundado por una tierna y copiosa mar de pensamientos sobre ti. Y mañana será el último día que no pueda ir en tu búsqueda. Me has hecho creer de nuevo. Y soy feliz cada minuto que paso a solas. Porque en ellos repleto mi soledad de ti. Te amo más cada día que pasa.  A veces se cuela como un mosquito la imagen de alguien que amé. Pero el resto del tiempo es tuyo en mi corazón, en mis imaginaciones y sueños. Te convertiste en mi todo. Como un hijo que nace.
Pareciera que Dios me está dando tema para que comente contigo.

 Te vi una sonrisa secreta las primeras veces que me acerqué a ti. Igual que cuando te invité al taller, dejaste ver una alegría silenciosa. Miraste para un costado y te as felicitaste a ti misma. Tal como lo hacía Ceci, cuando me leía Táctica y estrategia. ¿Pensarás en mí alguna vez? Cuando comencé a hablar con Ceci, le dije algo que había oído de un libro de Castañeda, Las Enseñanzas de Don Juan, el brujo que enseñaba chamanismo en el desierto de Arizona. Y a los pocos días, Ceci se vino a casa con el libro y me escribió una dedicatoria que jamás olvidaré:


El amor no se instala;
El amor se afirma.
Deseo que siempre encuentres
Razones para amarme.


22 de noviembre



Por ello, al pasar el tiempo, regresamos a buscar. Ahora tiene sentido.






viernes, 18 de septiembre de 2015

¿A dónde van los pensamientos que se olvidan?






Apreciada Señora,




Igual que el zorzal de mi querida Quilmes, otro pájaro madrugador acompaña la madrugada con su canto travieso. Abrí los ojos hace un momento, y no pasaron ni diez segundos que ya pensé en ella. Fue la imagen de su perfil naif, de su luz blanqueada por las distancia. Ya se acaba el domingo, el día de la semana que me separa de tu perfil ideal. Te pensé al despertarme y al dormirme te pensaré. Y en medio de esas polaridades recorreré cientos de veces cada una de nuestras palabras. ¿Son tus pensamientos los distanciados causantes de mis insomnios? O por el contrario, lo es el miedo a que mis ilusiones no coincidieran en nada con las realidades que nos entrelazan. El día se ha convertido en una odisea de ti. Volví a mirarte y resucitaron las esperanzas que se han ido quemando a lo largo de tantos días de confusión. De verdad soy feliz cuando pienso en cada mirada, cada palabra que crucé con ella. En mi corazón navega el presentimiento de que en mi vida se desdoblará un buen tiempo de felicidad.
Finalmente he logrado situar mis sueños en donde los había abandonado cuando cobarde e incautamente marché a la provincia de Segovia para olvidarme de ti, allá por el acomplejado enero de 2008. Y el sueño más importante eres tú.
Acabo de volver de un paseo. El cielo de Salamanca cumplía la profecía de las constelaciones. Llegando a la avda. San Agustín, la noche fría replicaba el cielo de otras noches, trazando con toda precisión la ruta de las estrellas. Cada vez que nos miramos presencio la perfección de mis sueños. Eres todo lo que quiero de esta vida. ¿Serás como te imagino?
Algunas veces me llegan noticias tuyas casi te diría que por ósmosis. Inopinadamente. Entonces parecería que Dios desea señalarme más caminos hacia ti. Hoy he llevado un sobre para dejarte. Tenía pétalos de ranúnculo y un mechón de cabellos míos, como una firma romántica. Pero no vi que estuvieras, entonces me lo llevé conmigo. Mañana, seguramente, al finalizar el taller, te lo deje junto a los libros que me llevaré para los participantes.
El afinado canto de un ruiseñor es acompañado por el sonido glotón de Valentina, que mastica los langostinos secos, pasados, con la misma glotonería. Aún no se han incorporado en el silencio los gronchos motores de los camiones municipales de la basura.


Se nota tu ausencia: tu caminar marimacho, tus patalones babucha, tu mirada amadora… tus ojos tan transparentes, tu colorido llamativo. Esta mañana pensaba en ti al volver de Villarmayor. Y exactamente cuando pensé en tu nombre, coincidió que una mujer que conversaba con otra lo mencionó.
En muchas mujeres veo tu manera de caminar, en otras tu cabello rojizo, en otras tu piel pecosa… o en otras tu estatura naif. Despierto y el recuerdo de tu semblante constituye una coqueta y aliviadora esperanza para que mi mundo interior sepa que no sobrellevará tan solo el peso de los días venideros.


















Lunes 27 de abril, 2015











jueves, 17 de septiembre de 2015

Las calles de Salamanca son la ilusión de que cada persona se convierta de golpe en ti


Día siguente, 9.30 am      

Mi queridísima Señora,

En esta mañana subtormesina, retomo al papel para volver a escribirte, para contarte que durante toda la madrugada del 2 de abril tu imagen anaranjada ha impregnado cada segundo de los románticos insomnios. La experiencia de este enamoramiento es más importante que mi pasión por la escritura manuscrita: ya no puedo escribir como cada día, sin antes haberte escrito alguna cosita a ti.

Semana Santa
Pasarán 4 días sin verte. En la celebérrima Chinchibarra, no miraré los estroboscópicos neones nocturnos con la emoción del enamorado que espera cruzarse con su amada al otro día.
5 de abril, domingo santo – Las calles de Salamanca son la ilusión de que cada persona se convierta de golpe en ti. Hoy miré hacia la calle desde un café, y sentí que el mundo estaba vacío cuando faltaron tus ojos claros.


Mi queridísima Señora,
La tormenta se ha marchado al igual que los años desperdiciados en la inútil búsqueda de un amor que no fueras tú. Lo lamento. Lamento todos los años que se han pasado sin dar la vuelta y volver a ti. El Señor – Dios – hace dudar a los hombres si su ilusión puede ser cierta. Así me tiene a mí en vilo, pensando siempre y tratando de encontrar alguna seguridad de que mis premoniciones y ensueños fueran legítimos finalmente. Pero sin embargo te amo con el ímpetu de la granizada violenta caída hace ya algunas horas. Mañana te extrañaré a ti y no a otra. Mi alma se atraviesa de ti, entretanto mi mente se lastima con tus ausencias. Pero lo más importante de todo esto es que creo en ti. Y que otra vez me has hecho soñar, y creer que, después de todo, es posible un final feliz en mi curiosa vida.











miércoles, 16 de septiembre de 2015

El sueño del amor ideal me persigue








En esta mañana subtormesina, retomo al papel para volver a escribirte, para contarte que durante toda la madrugada del 2 de abril tu imagen anaranjada ha impregnado cada segundo de los románticos insomnios. La experiencia de este enamoramiento es más importante que mi pasión por la escritura manuscrita: ya no puedo escribir como cada día, sin antes haberte escrito alguna cosita a ti. Un aburrimiento modesto me continúa alarmando acerca de esta monotonía que es escribir, escribir y escribir. El sueño del amor ideal me persigue. Y lo más cómico es que es probable. Cada vez que nos entreveramos en la red de los sucesos, soy un poco más feliz. Gracias a tu elección de contestar positivamente, con tus acercamientos y miradas, a mis visitas a la Torrente. Y en la espera de volver a verte, la emoción que siento al saber que existes hace crecer en mi corazón a este imponente sentimiento de amor por ti, que se cultiva en mi alma desde hace ya tanto tiempo. Cada día te amo un poco más. Así te impregnas en cada cosa que me rodea en la vida: las estrellas en las noche continuamente me recuerdan cuánto te extraño, y cuanta falta me hace tu compañía en lo pequeño y grande de cada día que se va. Hoy me la pasé recordando cada momento en el que vi tu cara.



























martes, 15 de septiembre de 2015

Viva en mí








5 de marzo, 23.30 hs


Hoy fue la tercera semana del taller de escritura. todo salió perfecto: estaba tan contento que regresé a la Torrente a buscarte. Pero algo no salió como yo esperaba: también fue a buscarte otro hombre. llegamos al mismo tiempo, pero él te llevó consigo. Quizás no fuera tu pareja, pero te has alegrado tanto al verle. Caminó a tu lado a la luz de la Luna perfecta, tal como yo quiero hacerlo en mis sueños. La noche era tan oscura… y tu voz era lo único que se diferenciaba en Paseo de los Olivos. Tu voz mimosa. ¿Es posible que tus días de ausencia hayan sido para castigarme? Todos los volúmenes de esta biblioteca serían insustanciales si tú no estuvieras allí.


Sería imposible ponerle un nombre a cada una de las flores que da el ranúnculo, ya lleva 10 buenos florecimientos. ¿Qué podría contarte hoy, mi bien? Que repetí el camino ayer andado para ver si la Suerte reiteraba la caprichosa e inusual coincidencia de cruzarnos. Ya no puedo imaginar el desenlace de mi vida si tú no participas en aquellas visualizaciones. Tan hermosa es esta sensación de volver a estar vivo, que se manifiesta de a ratos en mi organismo mermado, al igual que lo haría el frescor del río, cuando nos sorprende cada tantos pasos, en el camino del vado.


Lunes 6.30 am

En la plantita del ranúnculo, las ramas más inferiores parecen haber llorado. Pues aunque no están marchitas sí están pachuchas, igual que las hojas de una lechuga mojada. 5 ó 6 tachas sujetan pistas de actividades en el gotelé. Un móvil rojo y abandonado duerme una siesta ininterrumpida desde hace dos tardes, sobre la mesa del escritorio respingado. Sujetada por un broche de metal, la lechuza todo lo mira con extrañamiento, desde el cajón más alto de una cómoda de fantasía, que también tiene aderezado, con un poquito de celo, el moño de la braguita de Argelia, como un trofeo de nuestra primera fornicación. Y la última de tus imágenes continúa mirándome como si estuvieras viva en mí.