martes, 4 de diciembre de 2018

Mientras caminas despacio, sujetándote las lumbares





17 de abril, 2017 6.00am_hoy se cumplen 20 días desde que no sé de ti. Sin embargo cada día que despierto la llama de tu nombre substrae a todo mi ser de aquel mundo hipnopómpico para situarme en otra esforzada vigilia en donde presenciaré cómo se esfuma el inerte fantasma de las imaginaciones que te sitúan en el confuso escenario de mi psicología. La diseminación de tus recuerdos es un arduo proceso que tiene resistencias de destino. Igual que cuando empecé a amarte, que toda coincidencia inclinaba a mis pensamientos para que desemboquen en tus imágenes, pues ahora cada tantos lamentos me circundan representaciones de lo que estarías viviendo tú si en algún momento me hubieras querido.
En mi regreso del enamoramiento por ti, noto que he cambiado en muchas cosas. ¡Hace tanto que no rezo por escrito a los ángeles ni a Dios! Y es mucho más chica la fascinación por lo que es o lo que era. El amor omnisciente ahora entrevista mi pecho de a intervalos quizá un poco más sorpresivos. Tan solo hay una constante: hace mejor escritura la tristeza.
19 de abril, 2017 6.30am_Recordando que algunas veces en mi vida el 17 fue un buen augurio, cada vez que apunto el año soy de pensar en porqué hasta ahora no habré tenido un golpe bueno de fortuna.

Cada vez que medito en profundidad, salgo a la calle y encuentro alguna señal relacionada contigo. Lo malo es que no te encuentro a ti. Un año atrás eran novios; después llegó la noticia que desmoronó mi mundo idílico: estaban viviendo juntos. Ahora nada detiene las imaginaciones que te ven construyendo una vida a su lado. En el futuro quién sabe, me enteraré con dudoso dolor que ya hay planes de boda o veré creciendo un vástago en tu vientre, mientras caminas despacio, sujetándote las lumbares. O cuando dejes de venir a trabajar, que ya no tendré un lugar en donde dejarte secretas flores o epistolarios. Sin embargo hay algo invariable. Aunque no te vea continúas siendo el primer pensamiento de mis días. Te acompaña la aparición de los roncos motores municipales de los camiones de la basura, el paulatino despeje de la oscuridad en el amanecer subtormesino. Mas si el destino de estar juntos existiera en algún punto recóndito del futuro insustancial: entonces quiere decir que estos dos años de incautas escrituras quizás hayan logrado mantener viva en mí alma la llama de un enamoramiento kármico y enloquecedor. Entonces ahora tan solo deberé esperarte hasta que la mágica oportunidad para estar juntos suceda. Sin embargo, el agridulce proceso de esta espera es tu imagen acompañada por la amargura de saber que ahora despiertas junto a otro hombre. Lo peligroso es que luego de todo este tiempo reviso lo conseguido interiormente y llego a la apática conclusión de que fui dejando de creer en muchas cosas: le he perdido bastante respeto a Dios.