jueves, 29 de marzo de 2018

Estar enamorado es el esmero de sembrar en otra persona la necesidad de uno














30 de Septiembre, 23hs_Los días se van pasando más lentamente que cuando tú estabas en mi esperanza. Me rehúso a comprender aquella imagen que te sujetaba a otra mano. Aunque en lo más hondo de mi alma sé que nuestros destinos son la imposibilidad de estar juntos. Todos los días paso por el lugar en donde una vez te llevé una flor. Otra vez dejas tu huella por allí. ¿Hallaste la paz en tu espíritu pensando que no es a ti a quien quise?
8 de octubre_Querida Señora, por carretera Valladolid progresan los afamados campos de girasol. Llegando a Pajares hay una cuesta larga, tendrá 200 metros aunque no es muy obtusa. Cuando uno la termina de subir hay un nogal solitario. Es precioso. El sol reverbera en sus hojas al compás de la brisa suave. Viniste conmigo, aunque no igual que antes. El tiempo de mi espera es como la chispa que recorre el rastro de la pólvora y alguna vez llegará a su fin. Será entonces que no volveré a ser feliz con la posibilidad de tu llegada. A esta altura del epistolario no te escribo cada día. Pero aún tengo tu maldita imagen anclada en mi corazón; la rodea un aura de sentimientos amorosos, menos frecuentes cada día que se va. Igual que nos alejamos para mirar un lienzo, respecto a estos cuadernos también tomé la distancia de unos días. Así dejé de quererte algo, a fuerza de no repetir interiormente tu nombre ni tus palabras. Tomé un descanso otoñal respecto de tu cara. Así logré emerger temporalmente del infierno, mientras se prolonga la distancia entre tus visitas a mis sueños.

Día de la hispanidad 7.00am_Amada mía, Ya va una semana desde que no intento conectar nuestros espíritus a través de la propiedad telepática de la escritura manuscrita. Pero alguna que otra vez me sorprendo practicando en voz alta alguna frase que te declare este amor inmarcesible. Desde que los vi juntos ya han pasado más de dos meses. Pero cada vez que me pregunto por qué te sigo extrañando, una misma contestación me responde con una misma sentencia: Porque aún sigo enamorado de esa mujer. Quizá por eso todos los días me duermo releyendo las epístolas que fui escribiéndote a lo largo de un año y medio. Y cada día de sol fui a esperarte con el atril en los bancos de piedra de la peatonal. Está bien que pensé menos en ti. Pero no te hizo falta más que una mirada para reenamorme de mente y de corazón. Y aquí pasó otro jueves, mi bien, que me dejó enredado en la resurrección de los ininterrumpidos pensamientos que giran en derredor de tu existencia. Sobre todo el recuerdo de tu cercanía, cuando giraste para que nos miremos otra vez, me hace barajar la posibilidad de que ya no estés con él. Aunque ya otras veces caí en el ególatra autoengaño de creer que me esperabas solamente a mí. Así escalé hasta la cima del Everest de la felicidad, para caer 8000 metros de desilusión cuando mi sospecha se hizo real.
Estar enamorado es el esmero de sembrar en otra persona la necesidad de uno
Después de tantos días sin verte un poco se me ha pasado el dolor de haberos visto de la mano.





17 de octubre, 2016 3.20hs_Como diría Rummenigge




Las estrellas siempre se ven de lejos


De igual manera, las madrugadas siempre son intempestivas. Parecidamente los 50 kms recorridos ayer mantienen a mis células siempre despiertas, espabiladas, y difícilmente pueda dormir más hoy. Así también, después de todo un fin de semana de pensar en ti, la curadora expectativa por saber sobre tus cosas mantiene en vela a todas las partículas que tejieron mi adn. Ha regresado el pensamiento de que puedes, finalmente, no estar en pareja. Las fascinantes ecuaciones del corazón responden a la incógnita analizando tus nuevos comportamientos y miradas. Sin embargo hoy pongo un poco el freno al esquizofrénico tejido de fantasías, pensando que si estuve equivocado en apostar que tus sentimientos eran una exclusiva para este servidor, pues entonces posiblemente mis nuevas deducciones tan solo sean el resultado de lo que necesito que esté pasando.











viernes, 23 de marzo de 2018

Desde el mismo instante que los vi juntos comenzó la cuenta atrás para el rearme de mi hombría



Sábado 17, 5.00am_Otro despertar en donde la única verdad es sentir que el espíritu ha implosionado, puesto que al abrir los ojos una pregunta no me deja ni a sol ni a sombra: ¿Qué puedo hacer con tu imagen? Lógicamente ya no me preocupa tanto si habrás tenido entre tus pensamientos a un poquitito de mí. De haber estado inmerso en las susceptibles substancias de tu prolija consciencia no sé si podrías amarme igual que yo a ti. Sin embargo comienzo a rescatarme de la hondura de este bajón con un significativo alivio: la imposibilidad de que me quieras consigue exiliarte un poco más cada día de mi mundo. Pues al saberte en brazos de otro hombre la inteligencia ya no anda inspirándome para soñar encuentros contigo a cada instante, ni otros diálogos que vayan esgrimiendo la colonización de tu amor. Ya no repito tanto las palabras que antaño nos dijimos; mi espíritu se va desasfixiando de la presión de ir a buscarte. Tampoco multiplico el recuerdo de nuestras miradas. A veces lloro un poco, y el día se postula para ser la continua incertidumbre sobre la recomposición de mi mente; ¿con qué ideas  voy a enriquecer este vacío que ya se ha hecho lugar como para llevarse, con un océano de pensamientos, a otro amor? Y se relentiza la completitud de estos renglones blancos; las líneas que antes se desarrollaban basándose en el amor, ahora prefieren ocultar su vergüenza con el anonimato. Desde el mismo instante que los vi juntos comenzó la cuenta atrás para el rearme de mi hombría.
Domingo, 22.00hs_Esta tarde empecé de nuevo a soñar que tal vez fuera cierto que quisieras acercarte a mí. Quizás es porque lo vi a él cuando no estabas tú; quizás porque ya pasó un mes desde que losvi juntos, y el olvido se ha encargado de devolverle la ingenuidad a mi corazón. ¿Cuándo fue la última vez que te vi? No quiero recordar si fue hace mucho o poco.
22 de septiembre_Ayer, indiferente, esperabas a que se hiciera la hora de tu partida, mirabas la omnisapiente pantalla de un ordenador estatal. Sostenías en alto un volumen cuyo nombre no pude distinguir aunque lo intentara; una fotografía obscura centralizaba la tapa brillante y flexible; sus márgenes, en contraste, eran de color beige. Luego estuvimos cerca, cuando algunos metros más lejos otro hombre tuvo el pundonor de servirse por tu profesionalismo. Más tarde soñaría que cuando dos que aman se precisan, Dios ordena los sucesos de manera que favorezcan a su encuentro. Pero hoy no iré a dibujar cerca de ti para buscar interesarte. La tinta azul creció como una hoja silvestre por los caminos blancos de estos renglones.
21.30hs_Hoy te he tenido en mis pensamientos como lo hacía antaño. Por momentos te manifiestas en todo mi cuerpo como las mariposas de los enamorados. Y no te puedo exiliar de mi organismo por mucho que lo intento. Cuando este bolígrafo te nombra, junto al desarrollo de sus renglones, voy recordando nuestras palabras escasísimas junto con tus miradas y nuestros entrecruces.


Día siguiente, 22hs_¡Ay, mi señora! Quizás la casualidad disfraza a las señales divinas con velos de coincidencia, sencillamente, porque así como el Diablo utiliza ardides para convencernos de su inexistencia, entonces también los ángeles quieren mantener el anonimato en la empresa de hacer milagros.
Hoy escuché tu nombre cuando me encontraba a un kil´ñometro de distancia. Sin la intención de ir a buscarte enseguida volví a casa. entonces te vi nuevamente. Por supuesto evité cruzarte, para ver si un día más que pasaba sin vernos a los ojos provocaba en tu corazón la inquietud de extrañarme. Pasé por enfrente, y justo cuando te miré le dijiste adiós a otro hombre. experimenté un irracional alivio al notar que no se trataba de él. La realidad fingió que tu saludo era para mí. ¿Acaso vi en una nueva coincidencia aquellos gestos que añoro me dirijas? O tal vez si fueran señales divinas debería seguirlas como a un mandamiento que me dice que aún me amas.
En todo este tiempo, Señora, he sacado tantas cosas. Sin embargo casi nada compensa el que tú estés con otro hombre.
Los amaneceres ahora no son los mismos. Ya no despierto con la esperanza de encontrar la felicidad en el día que viene. Y todo a mi alrededor perdió su alma. Con la brisa antes bailban los almendros ahí afuera. Ahora tan solo son plantitas que protagonizan vaivenes a merced de los clásicos elementos. La vida perdió el esmero. Es parecido a cuando desperté del coma, todo había cambiado. Tuve que reemplazar los mecanismos rutinarios por creativas costumbres que tiraban más a lo espiritual, por nuevos hobbies que poblaran los minutos de mis renacidos días. Entonces emprendí el desarrollo de la lectura. Aquel post-operatorio me sobornaba con pequeñas distracciones intelectuales para que dejara a un costado las ambiciones que requerían de un físico afortunado. Tenía que encontrar algo que sustituyera a la bendita capacidad de andar. La lectura reemplazó muchas cosas. Los amigos que se pierden, la escuela que no está más… También para el espástico hay vicios: la tele y el zapping abrumador.
26 de septiembre, 2016 8.30pm_En aquel entonces sufrieron la interferencia de unos meses, pero después de un año de que nuestras miradas se hayan vuelto a cruzar, hoy te vi casi a lo lejos. La añoranza de ti ha sido otra vez incauta víctima de tu indiferencia.


dnld 2016





jueves, 22 de marzo de 2018

Un golpe infernal de vez en cuando, luego del cual nos vemos obligados a sustituir por nuevas alternativas a nuestras ilusiones de felicidad

















29 de noviembre, 2016_Hoy no recuerdo si has sido mi primer pensamiento. Sé que entre algunas idas y vueltas de oscuras palabras se inmiscuyó tu imagen. Ayer creí haberte visto, acompañada por otro hombre que no era él. Llevabas el pelo suelto, sentada en un bar le dabas la espalda a la civilización. ni él ni tú me han visto pasar. parecían ensimismados en un tema tuyo. A ustedes los opacaban los cristales de aquel café, supongo que a mí lo que me escondía era el desinterés.
5 de septiembre, 16.50 hs_En un instante todo puede cambiar en nuestra vida. Un golpe infernal de vez en cuando, luego del cual nos vemos obligados a sustituir por alternativas a nuestras ilusiones de felicidad. Es así que nuestras esperanzas han de sufrir una violenta metamorfosis en cuyo proceso resurrector cada cambio nos hace brotar las lágrimas. Lo que nos duele es que debemos desacostumbrarnos de los dulces patrones concientes que se crearon sin darnos cuenta durante el enamoramiento. Quien sea creativo sufrirá un duelo por partida doble; el organismo va habituando a suplir la felicidad que me causaba la mimosa evocación de cualquier átomo que estuviera relacionado con tu existencia por un nuevo vacío melancólico que empapará tus imágenes y voces… para que te conviertas en un fantasma.
21hs_La espiga de trigo ya tiene dos o tres meses. La arranque volviendo de Carbajosa de Armuña, un mediodía de julio. Los mares verdes de Salamanca. Ello es lo único tangible que me quedará de mis ilusiones. Los sueños rotos le dan una vuelta de tuerca a nuestra vida y a nuestros planes de futuro. Viviré otra vez para los demás. Pero tú me recordaste que se siente al tener la esperanza del verdadero amor. No sé si hay mucho porqué vivir. La altruista realización de un taller para maltratadas será mi aliciente de vida. Supongo que temporalmente me quedaré con la insanía de hablar solo y en voz alta, practicando las cosas que quise decirte, como si fuera una resonancia de mi desilusión. En cuanto a mi amor por ti, será un incómodo impulso que me invitará a seguir escribiendo para sacar pequeñas ganancias de las grandes pérdidas… y así no sentir que he vivido en vano. Hoy mi corazón es un saco roto, atravesado por cada una de tus imágenes que van cayendo una atrás de otra en el vacío obscuro de la nada interior en que se ha convertido mi inteligencia.
6 de septiembre, 4.40am_Se ha fosilizado en la ilusión el hábito de amarte. Por eso al despertar sigues llegando hasta mí en el laberinto de las obscuras palabras mentales. Cada año escribir es un poco más fácil, empalmar una letrita a la otra se vuelve más automático con la práctica del día a día. De la misma forma, la locura de tu amor me dejó secuelas automáticas en la psiquis. Cuando pensaba en ti, me había acostumbrado a practicar en voz alta las palabras que hacino para decirte en persona, como un entrenamiento para vencer a mi timidez. Establecí dos años como fecha límite para comenzar a olvidarte. El destino me dijo que fueran dos semanas más. te dejé el último sobre el dos de agosto, un mediosía soleado. Pero no fue hasta el 16 que los vi de la mano. Fui hasta ti de inmediato para reclamarte los textos. Confieso que ya había estudiado ese paso, por si acoso todo resultaba tal como me lo temía.
7 de septiembre_Sin repartir culpas, dejamos que se vayan sucediendo los días, las horas y los minutos, agradeciendo cada vez que abro los ojos y es alguna otra cosa la que se encarga de comenzar el reinado de mis pensamientos. Hasta que al poco tiempo llega tu imagen, igual que un okupa, para dar un golpe de Estado en el secreto Hemiciclo de mi psicología. Es evidente el motivo por el cual ya no me nace escribir “Señora mía”. Desde hace 2 años nuestros acercamientos y entrecruces me persuadieron para creer que en la sinuosa línea de toda la historia nuestros destinos hacían tangente una y otra vez porque nada podría evitar que alguna vez estuviéramos unidos. Hoy, en cambio, me doy cuenta de que nuestros constante alejamiento, interrumpido cada tantas ocasiones por alguna que otra mirada o cercanía, fue nada más que para demostrarme lo imposible que sería que vivamos el amor verdadero. Pero dentro de muchos años, cuando todas las promesas de felicidad hayan sido un mero cuento confirmado por las canas, tú y yo nos recordaremos con curiosidad y nos preguntaremos si no habremos dejado escapar la oportunidad de la felicidad permanente.
22hs_ Este cuaderno lleva ya un mes de vida. Desde que los vi juntos el monitoreo de este amor entró en una línea recta. Algunas personas forman parte de mí, otras lo hacen a pesar de mi voluntad. ¿Tú? Claro que sí. Lo has hecho desde siempre. Los insomnios de un corazón roto son a la misma hora, sólo que uno depierta y ya no se permite pensar en ninguna felicidad junto con la persona que ama. Cuando estamos enamorados sucede espontáneamente, la vida es un incansable pensamiento que nos ve estando junto a la mujer amada. Pero cuando nos hacen trizas el corazón los secretos acostumbramientos de nuestra esperanza se convierten de pronto en una lid que busca acallar los improntos de palabras e imaginaciones que nos hacían soñar con aquella persona que llenaba de sentido a todas las cosas en nuestra vida. Despertarse con el corazón destrozado puede también ser una seda de Ariadna que nos orienta por los recovecos que formalizan el laberinto cursivo de la escritura. Es así que el dolor en el alma puede metamorfosearse hasta que se convierte en el amor por la creación literaria.
Repaso estas hojas tristemente, puesto que en estos renglones manuscritos preservé el contenido de mis sueños añorados. La esperanza de que no estuvieras junto a ningún hombre fue la generosa aunque equivocada  percepción que mantuvo viva a la creatividad de mis prosas. La reiterada evocación de tus miradas fue la retroalimentada esperanza de que alguna vez vinieras a mí como antaño lo habías hecho.
13 de septiembre_Y así, poco a poco, te has ido difuminando de las madrugadas. Otra ocupó súbitamente aquel sitio destinado íntegramente a tu existencia mágica. Sé que nunca aceptarás que tus últimas miradas fueron amorosas reacciones a la tinta que este devoto de ti deslizó rizadamente a lo largo de los renglones de estos cuadernillos en blanco.
Ver a nuestro amor acompañado nos ayuda al olvido. Ignoro si algún día podrás desocupar del todo a mi corazón; si alguna vez podré desovarme por completo de tus recuerdos, cuando a través de los días vaya olvidando una a una a tus caras. No sé si en un mañana podré mirarte sin lamentar estar notando en tus ojos el reproche de un dejo de amor que no se consuma. O sin que pueda hacer nada para recrear en nosotros aquel sentimiento de apasionada impotencia al que nuestros criterios seriales nos encapsula.
O si algún día te miraré sin lamentar la pasividad de no haber aprovechado tus cercanías para perpetrar la dulce imprudencia del adulterio.
23hs_Y así, mi Señora, se va completando, renglón tras renglón, el cuarto cuaderno de Rummenigge, la obra más larga que ha cursionado tu servidor. Cuando la remembranza te ecoca hoy día se siente inevitable experimentar en secreto un dejo de molestia: la rebaba del desamor se justifica en el copioso itinerario de ilusiones que produjo la equivocada imaginación de suponerte sola; tus miradas culposas han conseguido hacerme un fiel devoto del amor por tu existencia.


Dnld, 2016




 










lunes, 19 de marzo de 2018

El yihadismo de Dios



Mi querida señora

Desde hace 2 noches sucede algo curioso: parece que hubiera más estrellas en el cielo. En las alturas los tres almendros contemplan la madrugada del barrio Garrido Norte como si fueran halcones estacionados en las torres de alta tensión. Antes sucedía cada noche, pero no he vuelto a soñar contigo desde que te vi junto a él. Y cada insomnio es ahora la puesta en marcha de la lucha para desprenderme de tu imagen.
Lunes 22 de agosto, 2016. 4.30am_El esporádico bus nocturno coincide con el vuelo fugaz de un murciélago que pasa por las narices de los almendros en el balcón. Distinto es paseo de Los Cerezos, que no ha traído ni un coche desde que escribo en la madrugada agradable. El sonido de los turismos veloces,  luces municipales reverberando sobre los chasis oscurecidos
, o las lejanas sirenas de un patrullero que pone rumbo ignorante. El silencio que por momentos es dominante; el insomnio recuperó su horario de costumbre, cuando miré el reloj y eran las 3.40am. al verte junto a él algo se revolucionó en la sangre mía. La vida se convirtió. Los segundos felices, llenos de tus recuerdos e imágenes, han pasado a ser un victificado y obligatorio esfuerzo por aceptar que tu corazón pertenece a otro hombre igual que el mío a ti.
24 de agosto 3.54am_Hoy pasaron 8 días desde que los vi juntos. La ubicación de los astros se ha empeñado en quitarle tardíamente los velos a una verdad que tu servidor necesitaba conocer hace ya mucho, cuando ya te había declarado mi amor. Sin embargo sigo enamorado de ti, así que sufro el insomnio que me rebalsa de la dulzura de tus imágenes. Algunas cosas quieren pasar. Pasaron dos años hasta que te vi con él. ¿Dios esperó a inmortalizarte en mis poemas?
28 de agosto, 4am_En cualquier momento se corre peligro de un atentado. Podremos tener la vida ya planificada, que en cualquier momento nuestra suerte pega un giro de 180º. Es como si nuestra fortuna sufriera un atentado. Y entonces todo cambia. Un coche bomba de nuestra suerte. Fue el viernes la última vez que te vi junto a él. No es que se nos parta el alma: es la esperanza que se nos muere de golpe. Cualquiera sea la manera en que lo ames será para mí una tortura, un K.O. de Dios. El fracaso más vergonzoso, la amargura que no se remedia más. Me echaron del Paraíso. La sentencia de Dios fue devolverme al laberinto, y trotar eternamente sobre destartalados caminos de letras manuscritas. Llegué tarde a tu vida. Pero a través de distintos albures Dios me hizo creer que era el momento para nosotros.
La ciudad empieza a funcionar; se nota el transcurso de los turismos más el bullicio de los motores municipales y privados. Las farolas de nuestra solemne Chichibarra se han apagado en dos grupos. ¿Qué sucederá si hoy te veo? Ya no tengo interés en coronar mis epístolas con un Suyo, puesto que solamente la prosa podrá corresponder a este amor o a esta tristeza.
El último vestigio de la ilusión que me quedaba se fue difuminando como la catástrofe de una canción. Ya es agosto, y junto con el calor del verano día tras día tu imagen se va despidiendo de mis mañanas.
4 de septiembre, 4.30 am_Y así, Señora, un 16 de agosto te vi con él. Media hora después, vengué mi corazón roto pidiéndote que me devuelvas los textos de Rummenigge. Negaste haber encontrado el regalo, supongo que para no dármelos.
21.30hs_Y así se acaba, Señora, un día en donde las posibilidades consideradas  se han inclinado a favor de continuar apostando a mi amor por ti.









miércoles, 14 de marzo de 2018

Entregarte estos dos años de mi amor es lo único que puedo hacer para que me perdones los días de ausencia, los ininterrumpidos momentos de mutismo… Las miradas que no te di







Miércoles 10 de agosto, 2016




Estos últimos 2 días, han sido el depresivo tránsito por la agonía del prejuicio derrotista basado en la patológica premisa de que tu corazón a otro le perteneciera, tal y como yo a ti. Más ahora que las cosas se han enfriado, y el amor encausa a las realidades vividas en los ríos de su maravillosa lógica, aquel extraordinario sentimiento de amor resucita con el nuevo análisis de tus miradas. E igual que un Fénix emocional, la maravillosa ilusión de estar junto a ti revive una vez más.
22.55hs_Y así se va acabando, Señora mía, otro día repleto de la felicidad que me provoca el mirarnos a los ojos. Los almendros aún siguen dentro, como si fueran los tres cerditos que en vez del lobo huyen de la temperatura. Te vi leyendo Paciencia. ¿Puedo ahora afirmar que has sido tú quien recibió mi mensaje, y el título es una artimaña de Dios para que yo te siga esperando con expectativas de un posible mañana juntos? Hoy medité lo que pudo conseguir en tu corazón aquella esforzada recopilación que te fui escribiendo a lo largo de un año y medio (preciso mapa sanguíneo de mis sueños sobre ti). Hubieran sido dos años. Pero los primeros 6 meses me negaba a creer que la perfección de mis sueños amorosos fuera posible. Y a pesar de nuestros reojeos, durante 6 meses maravillosos en el fondo de mi corazón me parecía imposible la idea de que tú también te hubieras enamorado de mí, desde el día que volví a verte. Y desde entonces te pensé todos y cada uno de los 731 días. Año bisiesto.
Entregarte estos dos años de mi amor, es lo único que puedo hacer para que me perdones, me perdones los días de ausencia, los ininterrumpidos momentos de mutismo… Las miradas que no te di.
 Ya pasó mi cumpleaños, pasó también otra discordia… y en mitad de todo esto recuperé la bendición de tus miradas. Te amo más cada minuto que pasa. Tuyo, y de nadie más. Me gusta amarte: me hace vivir en una sensación de agradecimiento permanente. Hoy me diste algo que guardaré siempre, y volverás a ver. Te doy mi palabra.
Amada Dueña mía, Nadal y Del Potro disputan la segunda semifinal de los olímpicos Brasil 2016. Entretanto los españoles nos perfilamos para la llegada del puente, aunque no sepamos a dónde nos llevará. ¿A dónde habrás ido, mi bien? Ininterrumpidamente hago fuerza con los pensamientos para transmitirte todo mi amor, estés donde estés.
Por la mañana, otra vez, fui a esperarte en un banco de concreto, cuya superficie brillaba como el asfalto en los días de sol. A cada instante miraba si vendrías. Curiosamente, mientras te esperaba, ninguna mujer se transformó en tu postura o en tu forma de caminar: en nadie vi a tus cabellos ni ninguna mujer me miró con tus ojitos claros.
Otro domingo, mi bien, en el que lucharemos para elegir el descanso, el ejercicio… o el esperarte. Afuera los pardales interpretan su pía requetepían. El nuevo amanecer es tentador para la bici.
22hs_y he aquí otro domingo en donde la espera de tus miradas es un milagroso ansiolítico que Dios se ha negado a darme. Con otro insomnio increíble,  Él enfermará mi mente de nuevo arrebañando la corteza de mis sesos blancuzcos con el mordisqueo del no saber si eres o no de otro hombre. Hoy por la mañana recibí otra señal.
Aguardaba para abonar un café con leche, y una mujer devolvía el llavero de su habitación: el tintilineo de las llaves despertó mi curiosidad, y cuando me di vuelta para mirar había un número 2 plateado, grande como una casa, que colgaba atado al llavero; las luces de neón reverberaban en su superficie pulimentada. Parecía decirme que el Destino estaba esperando que te vaya a buscar de nuevo.
16 de agosto, 2016 5.30am_El límpido silencio de la madrugada subtormesina consigue que los contornos de la mítica Chinchibarra sean más nítidos. Las farolas encendidas levitan sobre las copas del platanus perennis, como fog figthers que espían la naturaleza nocturna de la ciudad. Aún los motores municipales no resaltan sobre los escasos ruidos de los algún que otro turismo, que dan fugazmente el ¡Estoy aquí! con sus fshhhh sobre el asfalto de Federico Anaya. Las edificaciones ahí estarán. Y a veces pasan minutos sin que se oiga un farfullo… ¿Te encontraré en la ciudad esta tarde, este mediodía?
18.20hs_Y todo fue tal cual lo temía. Hoy a las 12 te vi de mano con otro hombre. ¿Por qué Dios me ha permitido acercarme tanto? Los supuestos planes divinos que yo había conjeturado durante estos 2 años de ilusión, no eran otra cosa que una reacción de mi ingenuidad ante la inexistencia de pruebas reales que me confirmaran tu amor.
Como una dañina y peligrosa secuela de todo aquello, hoy me quedo esperando a veces a que alguien pronuncie tu nombre para pensar así que Dios pretende darme motivos para que vaya en tu búsqueda.












viernes, 9 de marzo de 2018

La esperanza de tenerte es más grande que cualquier demostración de la realidad que me indique ques caminos no van a unirse nunca















Lunes 8 de agosto, 3.45am_Luces que brillan como las estrellas, en la clásica Chinchibarra. Como otros días, las coquetas persianas del barrio Garrido Norte permanecen cerradas, a la espera que desperece otra semana trabajadora. Trifásicas y semaforitos funcionaron fielmente la noche entera. Mi persiana, en cambio, ha estado levantada toda la noche. Siempre trato de recuperar el tiempo desperdiciado con cosas así: aprovecho el verano para dejar la ventana abierta, se respira mejor el aire y la persiana queda hasta arriba por si acaso me despierto de madrugada y puedo ver un momento las estrellitas. O a lo mejor eso me da un empujoncito para levantarme al clarear los cielos llenos de aroma a almejas del Tormes. O el gorjeo de los pardales me invita a salir de casa antes de que amanezca; el canto del ruiseñor transfiere una alegría natural que se nos prende del alma, y funciona como un antidepresivo homeopático.
Entre todas esas cositas, mi bien, festejo que hayan pasado 39 años desde que vine a este maravilloso mundo. Sin embargo, la energía más hermosa de mis insomnios la genera cada madrugada el estar enamorado de ti. Cuando son las tres de la mañana, me despierto de un rebosante entusiasmo inhabitual y fabuloso. A los pocos minutos que me espabilo, apoyo la Pilot de tinta azul para escribirte unas oraciones de caligrafía descuajeringada. Al fin de casi una hora vuelvo a la cama para meditar con Radio clásica 88.1, a ver si los ejercicios de respiración diafragmática mejoran la suerte de un servidor para el resto del día que se nos viene encima. Y así acumulo valor por si me cruzo contigo, y te digo dos palabritas. Pero, como siempre, todo gira en torno a ti. Si miro magnolias en el balcón de enfrente, pienso seguro en llevarte una. O los almendros que bailan entre la brisa europea me hacen pensar si no tendrás frío cuando sales de casa. Pero sobre todo, soy de soñar las cosas que podría decirte cuando te vea.
9 de agosto, 2016_Por la ventana del 5ºB, ingresan los goles coreados del Real Madrid. Las arrabaleras farolas del municipio brillan a lo largo y ancho de la antigua plaza de la Chinchibarra: nodrizas iluminaciones para el añoso paseo de Los Cerezos, que a estas horas nocturnas es transitado por algún turismo exiliado o una motocicleta pachorra. Uno jamás vuelve a amar como al principio. ¿Será cierto? En lo personal, mi yo creativo ha tenido una infancia corta. De la pluma ya no caen esos mundos fabulosos que se escribían con absoluto entusiasmo: también se ha extraviado no sé a dónde esa paciencia que escribía poemas de 3 hojas con diligencia y esmero. Hoy por hoy, mi vida creativa es como un lápiz aburguesado que va entrando en la primera vejez. Alguien que solamente sueña lo justo y necesario. Y al final se conforma con una buena comida, charlar con los amigos.

He tenido todo un día para pensar en qué has querido decirme –tú o Dios-, cuando al partir te vi cerca de él. Y cuando acabo por resignarme, eligiendo pensar que a otro le pertenece tu corazón, inicio este día con un bombardeo de señales que tienen a tu nombre como un inicio fabuloso. Y mi corazón galopa cuando leo tu nombre por sorpresa, o por sorpresa lo oí. Será caótico aceptar que eres de alguien
, mi corazón galopa cuando oigo Mireya. En todos estos años nunca te perdí. La esperanza de tenerte es más grande que cualquier demostración de la realidad que me indique que nunca se unirán nuestros caminos.



























lunes, 5 de marzo de 2018

Porque cada trigal lleva el color que nuestro corazón le adjudica



























Mi queridísima Señora,






2 de agosto, 2016 - 6 de la mañana_Y finalmente el día llegó. No he tenido el coraje de realizar la pintada que te recibiera cada día en tu lugar de trabajo. Faltan no más 6 horas. ¿Qué hay si vuelves de la mano con él? El semaforito estuvo toda la noche en ámbar; el roncoso murmullo de los camiones municipales ya comienza a desperezar. Y las constelaciones… ¿Quién sabe? Aunque se sospecha cristalidad en el cielo subtormesino. Por el cristal de la ventana tan solo se diferencia un ocre frío sobre los techos cuadrados y las terrazas emplafonadas. A las 6 de la mañana los suaves motores de la sociedad se auspician con la onomatopeya de la z del Zorro.







22hs_Y se quedó encima del mostrador, bajo un libro de tapa blanda y verde, sin nadie alrededor que se percatara de su existencia, excepto este gentilhombre.  A lo mejor lo hallaste antes que nadie tú. Pasó lo que en dos años no había hecho: me enfrenté a tu mirada mientras dibujé. Dos o tres veces pude sentir tus reojeos. Como fuera, cumplí mi cometido. Un año y medio hacinando páginas a manuscrita. Y dos meses de vertiginosas tipografías para poder dejarte el cuaderno, mi bien. ¡Qué año tan maravilloso! Esta madrugada había rezado para que el cuaderno llegara a tus manos blancas. Y ahora, cerca de las 10 de la noche, me pregunto si Dios habrá cumplido mi sueño.
4 de agosto, 2016 7.00am_Las nubes de tonos púrpuras al amanecer, el tupido gorjeo de los de los pardales del barrio, o la preocupación por un pichón de paloma en la calle Toro; los almendros que tiemblan al son de la brisa matutina. Casi todas las persianas aún están cerradas, síntoma ciudadano de que nuestro Garrido Norte aún no desperezó del todo.
23.00hs_Los tres almendros salieron a la ventana para aguardar a la mañana que inexorablemente vendrá. Sobre el ocre obscuro de la noche de Salamanca, la Cruz del Sur puntea el cielo con un pálido azul celeste, semejante al celeste de la bandera argentina. He aquí otro día que deja como única y sublime reminiscencia el intenso largometraje de un desfile por cada fotograma de tus recuerdos, vida mía.
5 de agosto, 5.30am_El relojito a cuerda marca efímeramente las 5.34 de la madrugada. De nuevo la persiana sigue totalmente baja.
22hs_Esta mañana nuestras miradas se mimaron fugazmente, como la aguja en el minuto 34. Y al partir balbuceaste un hola. Por la tarde, como siempre, el dibujo fue el pretexto para ir a esperarte a Calle Toro. Pero en la atmósfera ciudadana no apareció tu caminar, ni siquiera un parecido con tu postura.
¿Qué más podría yo decirte de este cuarto, mi bienamada Señora? Una alcancía en forma de scooter embellece el aspecto vetusto de un escritorito alargado con tres cajones para papeles. Hoy la Pilot se debate entre lo pragmático y lo poético. Te has convertido en una composición de mi mente, que todas las mañanas enciende la actividad de mis pensamientos. Estás antes que todo. Las luces de la antigua Chinchibarra ya no parecen estrellas si no estás aquí.
Y Salamanca ya nunca estará despierta sin antes haberte deseado los buenos días.
6 de agosto, 2016_Esta semana se fue pasando entre los recuerdos de nuestras palabras del 2 de agosto… y del entrecruce de nuestras miradas, mientras fingía que me importaba el dibujo para sentarme cerca de ti. Después vino el viernes, con nuestras miradas efímeras y tu saludo silencioso. ¡Ahhh, qué pronto pasan los años si pienso en ti! Apenas ayer regresaste de tu ausencia larga, un 16 de septiembre. Desde entonces recuerdo cada mirada tuya. Y cómo respondías con tu presencia a las cartas que te fui dejando entre los volúmenes flacos y gruesos, a partir del 11 de noviembre. Desiderata. Lo que uno desea.
7 de agosto, 4.40am_Un día falta, quizá, para que este servidor cumpla el vitamínico sueño de contemplarte otra vez. Tendría que haber cogido más espigas de trigo, cuando julio doraba las orillas en la carretera de Carbajosa. Y así abastecerme para los meses que no se verán por las carreteras. Como si fuera alguna especie de hormiga, y las guardara para los meses de invierno. Así, cada día 2, te iría dejando uno. ¿Por qué sufro este insomnio desde que te volví a ver? Nada tendría sentido si tú no estuvieras allí.
2.45pm_Un domingo caluroso. Una sofocación invade mi alma cada vez que pienso que puede no haber llegado a tus manos el regalo del día 2. ¿Qué será del amor, de las ilusiones que me mantuvieron erguido durante todo este tiempo? Luego del 2 de agosto, en el alma de tu devoto se han orquestado varios procesos. Al principio caminé absorto por las calles de Salamanca, maravillado por las dimensiones románticas de la paciencia que vos inspiraste en mí. Estaba admirado por la obra que acababa de escribirse en el presente capítulo de mis días, cuyo título eras tú. Después viviría en un limbo, un stand by de mis sentimientos, logrado por el esfuerzo cursivo de dos años, en donde se reflejaba el fidedigno mapa sanguíneo del desmesurado amor que despertó en mí vuestra existencia. Pero también por la humilde paciencia que consiguió no darte señales de mis planes. Podría llamarse fe.
Pero ahora, mi bien, camino aterrado por las posibilidades de que nunca hubieran llegado a tus manos estas misivas, que jamás las hayas abierto. En contra de esta suposición, ayer por la tarde, antes de dormir una siesta, he vivido un relampagueo psíquico, que me mostraba la pequeña espiga de trigo sujeta con celo en la tarjeta del girasol:


Porque cada trigal
lleva el color que
nuestro corazón le adjudica.


 Te pertenezco
                   2 de agosto, 2016