sábado, 24 de febrero de 2018

Comienza el 4to cuaderno de Rummenigge




























Eres, en un solo
instante, la historia
de todos los amores
que fueron… Y los que no
pudieron ser.

24/7/2016





Miércoles 27 de julio, 6am

Queridísima mía,

En horas intempestivas de finales de julio doy comienzo a la amadora tarea de rellenar estos confiables rengloncitos, orquestados paralelamente con añoranzas, reminiscencias y sueños cimentados en tu existencia. Ayer he terminado de envolver el cuaderno pasado en limpio que pienso dejarte el 2 de agosto, en donde tú lo puedas hallar. Y únicamente pienso y pienso para mí mismo: ¡Ojalá que le guste! Es curiosa la manera en que uno se pone a recordar canciones sin haber pensado en ellas. Quizás es solo porque la mente quiere pensar. por ponerte un ejemplo, hay un rumano con acordeón en Anaya, y a veces lo toca con una fealdad inmensa. A lo mejor sólo me suceda a mí, pero hay veces que me la paso recordando la única nota que interpreta cuando le paso por al lado.
De la misma forma, pero con mayor elegancia, The painter se reproduce en la mobiliaria caverna de mi recuerdo desde que abrí los ojos. Así que, como verás, hoy compartes mi pensamiento con Young.
22 hs_Y ha sucedido el milagro: continué la escritura de esta madrugada con una meditación que acompañé de música clásica. En esos minutos de relajación, reflexioné acerca de los casos fortuitos y su relación con nuestros actos generosos. En tales meditaciones nuestra consciencia suele ampliarse hasta un nivel más de sabiduría. Y entonces llegó a mí una revelación que contestó así a mi curiosidad:


Aquellas cosas que hicimos para sembrar amor en los otros
Dios las usa para crear una felicidad en nuestro futuro.


Casi de inmediato apagué la radio y me dormí. Entonces soñé contigo. Nos decíamos te quiero. Luego nos besábamos igual que si fuéramos 2 personas que llevan mucho de ser pareja. Repetíamos la escena 3 o 4 veces. Con toda dulzura pude evitar que un teléfono antiguo se cayera sobre tu falda…
28 de julio, 2016_Los almendros crecen espontáneamente bajo la noche estrellada de Salamanca. Aunque salí a buscarte no te encontré cerca de aquí. No estarás rodeada de incidentes ni directivos. Quizás te estés lamentando de que sean los últimos días de alguna playa española. Tu servidor está al borde de las lágrimas, pues pienso ininterrumpidamente si el 2 de agosto hallarás tú el paquete que envuelve las 130 din A4 que rellené con tus descripciones a lo largo de este año y medio. Tu presencia es lo único que me mantiene alejado de mis resentimientos, y cuando no estás quedas patente en mis soledades. Eres mi mayor razón para continuar adelante. Mi esperanza y mi refugio. Mi jedyna… mi todo.

Viernes 29 de julio, 9 am_Y aquí comienza otro día, mi bien, de la agonía disimulada que me causará la incertidumbre de pensar si acaso el martes nuestro Señor sonreirá en los curiosos caminos de mi vida y te guíe a vos para que puedas hallar el significativo presente que te dejaré en un improvisado recoveco de tu lugar.
Un cafecito del Borgo, un mini paseo por la ciudad, en el cual pispié el camino de tus pasos para ver si tus huellas me daban una bendita señal de tu anhelado regreso. sin embargo, ninguna marca, ninguna matrícula, cifró una imagen para contarme que has vuelto. Desde que te amé de nuevo esta vida solamente se hace posible gracias al azorado desarrollo de una escritura amateur, centrada únicamente en las poetizadas reminiscencias que te guionizan como actriz principal.
Como una tortura del conocimiento, sé que estás lejos. Antaño, si me acercaba a tu aposento, se encendía en mi corazón como una energía de felicidad, igual que si este loco fuese un detector de metales aproximándose al suelo que entierra el oro. Y comienza entonces a titilar. Mas ahora la señal en mi corazón es débil, como si se hubiera disuelto aquella química apasionada que antes existía entre nosotros dos.







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