martes, 23 de enero de 2018

Quizás los momentos de no vernos crearon en tu alma los icebergs del olvido






















9 de septiembre, 2015_ De súbito me dieron ganas de salir a la calle. Me pregunto si no tiene que ver contigo; si no serás tú acaso que ya has vuelto, y me llamas para ir en tu búsqueda por las calles subtormesinas. Van 12 días que no sé nada de ti. Pero tengo casi la seguridad de que en algún momento me has recordado. Por mi parte, pensé muchísimo en tu imagen; te mentiría si te dijera que continuamente, aunque la primera semana sí. Luego, la ansiedad por tu presencia se tornó más manejable. Sólo que, igual que ahora, irrumpes en mi corazón como una flecha envenenada con el enamoramiento.

10 de septiembre, madrugada_Una neblina semiespesa forma una cariz preocupante para los vecinos del pomposo barrio Garrido Norte. Los médicos funcionarios preparan sus planes para que todo el día les salga como a ellos quieren. Seguramente tú estarás pronto aquí, sumida en tus obligaciones y minutos de silencio.
El 17 es un número que me ha perseguido, como si fuera un misterioso ratoncito al que persiguen un gato cada tanto, desde que era un adolescente. Hoy se cumplen 17 días que no sé de ti. Como a Borges, a mí también me caen simpáticos los números impares. Hoy regresé con un mar vacío en mi corazón causado por tu ausencia. Si te hubiera visto me sentiría avalado por el Destino para continuar pensando que estar junto a ti es una ilusión posible. Me ha hecho inmensamente feliz volver a verte. Siguiendo con el camino de mis manías, el número de hoy es 15, la niña bonita. “Escribo porque me hace amar más”, apunté una vez. Y hoy te amé íntegramente. Te vi. Soy feliz con verte. Después transito entre los dos crepúsculos como volando. Hace unos buenos días, mi bien, que no abro este cuaderno (testimonio póstumo de nuestros entrecruces) para escribir, para datar los furtivos encuentros de nuestras miradas. Ahora las guardo como un tesoro. Pues ya no necesito escribir para saber que te quiero. ¿me considerarás lo mismo que a los hombres que te buscan? Quienes se quedan sentados día tras otro a la espera de que el acostumbramiento a sus caras te enamore de ellos. Para ser franco, hoy también tengo miedo a perderte. Quizás me hayas querido un poco menos, cuando me viste en otras compañías. Quizás las dos semanas de no vernos crearon en tu alma los icebergs del olvido. Enese tiempo yo pensaba cada día un poco más en ti. Y cuanto más nos acercábamos al final del verano, más ansioso y expectante me sentía, pues junto a setiembre se aproximaba el día en que volvería a verte. En el Sur, te acompañarían las flores de los almendros y las Gardenias,  pero aquí te traen las hojas secas de los abedules y el platanus perennis. Sin embargo aquella vez no volviste. Me defraudó la especulación, y el tiempo esperado no fue otra cosa que el vacío reflejo de mis temores.


23 hs_ Mañana, mi bien, se cumplirán 9 años desde la últimavez que hablé contigo en el 2006. Me costó continuar adelante con aquellas imágenes, las más hermosas y más tristes del Mundo, cual lo diría Exupery. Hasta que en agosto del año que pasó volví a verte. No fue un encuentro más para mí. Fue algo maravilloso. Pero no es de esas cosas que venía a escribirte, en esta noche de luna opacada. Quería decirte lo hermosa que estabas hoy. Cuando te volví a ver. ¿Puede ser que en tus miradas cada vez más furtivas se haya afirmado el sentimiento de seguridad? ¿O es quizás que cuanto menos nos cruzamos más ocupa el olvido en tu corazón?



23 de septiembre de 2015



dnld













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