viernes, 28 de agosto de 2020

Parecen los pañuelos de las madres de Plaza de Mayo


Sábaso 21hs_Hace 2 días que viajo hasta La Mata. Pero cuando llego al abrevadero ya no están Portos ni Áramis. Los echo en falta. También hoy me he dado cuenta de que cada vez que evoco tu imagen fomento en mis circunstancias diversas casualidades que no son tú, pero relacionadas de alguna forma contigo. Por ejemplo, esta tarde empecé a extrañarte y de inmediato leí tu nombre en un nick. Dentro de 10 días cercenaré la copa de renacido. Ya no observaré de su parte más estirones imprevistos al cielo raso. De albur no te comento muchas cosas, salvo de su presencia leal, de su metabolismo confiable. A excepción de su crecimiento formal y previsible o su mera rama creciendo en ángulo agudo, no encuentro en él detalles que me maravillen. Quizá lo podé muy pronto. Pero será un hermoso bon-sai. También estoy preocupado porque los chicos de al lado no hacen ruido desde hace 10 días. Temo estar acostumbrándome a tanta tranquilidad porque sé que un día de estos volverán a la carga.

Domingo 21.30hs_En 2 o 3 yuyos se manifiesta la fecundidad de la tierra de la petuña. Lo mismo es en la maceta de renacido, así como en la del pequeño albur. A lo mejor son los resultados del agua mineral con la que los riego todos los días. O que en invierno los cuido del frío que hay durante las noches... y en el verano durante el calor del día. La petuña también tiene 5 flores desproporcionadamente enormes de acuerdo al tamaño de la plantita. Parecen los pañuelos de las madres de Plaza de Mayo.

En mi paso diario por el Chevalier hice un amigo nuevo. Gregorio tiene 89 años y creció en Parada de Rubiales. Conoce bien los pueblos de la Armuña. Cada mañana le comento de mis viajes y él me comenta de sus memorias allí; lleva escribiéndolas hace mucho tiempo. Le exhorto a que autopublique un libro. Es como los caballos, cuando paso días sin verlo comienzo a echarle de menos. Hoy me enseñó que dentro de la cáscara negra está la almendra, y abriéndola está el almendruco. Dijo también que los caballos ya no están tanto porque se vino el invierno, y los dueños los entran en el establo para que no sufran el frío. Hoy me he acordado mucho de ti, probablemente en la semana os haga una visita. Pienso si alguna vez te preguntarás si este gentil vuelve a la biblioteca porque quiere mirarte otra vez a los ojos.







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