16
de enero, 6.05am
Amada mía,
Cada
día crece un poco más mi fe en la meditación. Un pequeño milagro
sucede cada día. El de hoy fueron tus ojos. Desde entonces no he
parado de anhelar volver a vivir la fascinación por tu mirada de
caleidoscopio. Tampoco se detuvo la maravillosa noria que lleva
girando el recuerdo de tus imágenes. Siempre recordé como algo
negativo los momentos cuando no te dabas vuelta en presencia mía.
Siempre he tenido que juntar fuerzas para aproximarme adonde estabas
tú. Sin embargo, ahora que te fui conociendo por medio de tus
silencios, considero (sé) que aquellos silencios, aquellas
ignorancias, no han sido por indiferencia sino un disimulado esfuerzo
para que no se traspapelara en tus ojos ninguna muestra de amor.
La
madrugada subtormesina es más peligrosa que de costumbre. De a dos
sorbitos por vez se fue terminando el té con limón. Distinto es el
recuerdo de tus imágenes, que pareciera autoalimentarse con cada
memoria tuya.
21hs_Ya estás por volver a casa, mi bien. Esta tarde, nuestra
hora de partida coincidió. Aunque hago todo lo posible por no
revivir el dulce dolor de cruzarme contigo, te adelantaste algunos
minutos para ir a tomar tu té. Antes de ir a buscarte, había
recibido 2 señales con la forma de tu nombre. Otro piantado
entrecruce nuestro, en esta enamorada red de los sucesos temporales.
En
5 ó 10 minutos a más tardar te subirás a tu Focus. Hoy te crucé
ni bien subir por la rampa. Estabas tan hermosa, con los cabellos
anaranjados y sueltos. En la ida continuamos con la disimulada
costumbre de ignorarnos. De vuelta nos reojeamos cual si fuéramos
estrellas fugaces. Siempre estás impecable, siempre guapísima. Un
servidor asistió lo mejor vestido que pudo a la secreta, figurada y
hasta podríamos llamarla esquizofrénica cita. ¿Con quién hablabas
ayer cuando saliste? Cuando nuestras partidas coincidieron y te
quedaste parada mirándome hasta que pasé por al lado tuyo. Un día
sin tus ojos es un día perdido.
Día
siguiente, 20hs_La
presión del boli sobre la hojita subdividida; las farolas
municipales de la magnífica Chinchibarra, las estrellas que puntean
el cielo ocre: aquellas miscelánea de cosas alivian un poquito la
impotencia de no poder ir a buscarte. Ya estás por salir, y verás
las mismas cosas que puedo ver por la ventana… Lo que me duele es
que no las veamos juntos.
Esta
noche preciosa no alcanza para consolar que cansa la ausencia de tus
miradas. El amor es lo mismo que la creatividad en ejercicio. El
ejercicio de la creatividad es un dulce período que se compone por
todo lo referido a ti. No existe positivismo lo suficientemente
poderoso como para contrarrestar el continuo saudade que te invoca.
Ya van dos años de miradas, y no importa donde pero quiero estar a
tu lado.
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