domingo, 28 de junio de 2020

Es como si de golpe se recordasen partes de una película de terror que hemos visto de muy chiquitos y uno quisiera no haber mirado



Lunes 21.30hs_La ausencia de tus miradas artificializa los dos almendros. Quizás mis ilusiones sobre ti les añadieron más vida de la que realmente tenían. Y cuando no vuelvo a casa con el entusiasmo de tus miradas, hago carecer a las cosas de aquella noble y enamoradiza añadidura con que mi corazón las nutría. Al contrario de la semana pasada, hoy él no estaba pero tú sí. Analizo esa casualidad para que otra vez me permita soñar con un montón de posibilidades. Que ya no se quieran tanto como al principio, y hubieran decidido por ir descansando uno del otro...
Martes 22hs_La relectura de los Evangelios continúa dándome cierta iluminación por dentro. Sin embargo, de golpe y porrazo el pasado desentierra algunas cosas que a uno le parece mentira haberlas vivido. Es como si de golpe se recordasen partes de una película de terror que hemos visto de muy chiquitos y uno quisiera no haber mirado. Aunque por otro lado más tierno, las petuñas siguen aquí junto a los dos almendros. Renacido sigue alto y frondoso, albur siempre peticito, con su rama que va y que va. Cuando termine de escribirte los colocaré en la ventana, ahí esperarán el advenimiento de la madrugada subtormesina. Continúo ejerciendo un acto de fe ya casi apático, depositado en la esperanza de que alguna mirada tuya le devuelva un poco la vida a las cosas de este cuarto. Salgo a la calle con la expectativa de tu mirada, y espero volver alguna vez con el renovado recuerdo de tus ojos claros para transmitirle más vida a la petuña y que así hubiera echado raíces más fuertes en el platito de Bob Esponja de la difunta Valentina. O que se quiten solas las telarañas que acompañan segmentos en el tallo de renacido. A veces abro el libro de Benito Pérez Galdós esperando que el señalador hubiera avanzado 100 páginas de donde lo dejé antes de verte a los ojos por última vez. Sin embargo hoy que recibí tu mirada vuelvo a la soledad de mi cuarto y solamente algún que otro pimpollo nuevo en la petuña da un nimio testimonio de la resistencia inherente de la vida. Los seres humanos continúan ejercitando sus soberbias agresividades psicológicas sobre los familiares más débiles, pareciera que tienen la malvada finalidad de boicotear cualquier armonía lograda en el hogar. Lamento no tener cosa bella alguna para escribirte esta noche luego de haberme encontrado con la transparencia de tus ojos esta mañana.
Jueves 4.55am_Mi primera imagen del día fue el recuerdo de tu mirada de ayer. El alivio que me dio el no veros juntos se difumina en la imaginación de verte llegar a una casa en donde él te estará esperando. ¿Estarán juntos en el trabajo esta temporada? ¿O será como en otros años en donde uno se queda en casa mientras el otro va a trabajar? En fin, todo tiene un propósito. Algunos días pienso que aquellas cosas tan profundamente filosóficas en las que creo son delicados eufemismos que me exhortan engañosamente para no decaer y continuar adelante. A veces me pregunto si todos los principios que albergo en cuanto al amor no serán como falsos profetas que con románticos argumentos me persuaden para que continúe amándote tras cada decepción.
22hs_Con la esperanza de tocarte el alma a través de los kilómetros, ayer por la tarde volví al prometedor cometido de continuar reescribiendo el largo epistolario de Rummenigge, melosas escrituras que te fui dedicando a lo largo de casi 4 años, y que guardan la romántica intención de que algún día supieras, mi bien, cuánto he pensado en ti. Quizá pronto te haga otra visita, esperando que sea tu voluntad acercarte o mirarnos otra vez a los ojos, o esperando cualquier azar que quiera cruzarnos nuevamente por los caminos de la biblioteca. Siembras un ángel en mí. Luego voy por esta vida exento de cualquier negatividad.
Y de esta manera finalizo otro día de la misma forma que lo comienzo: escribiéndote solamente a ti.




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