domingo, 13 de septiembre de 2020

8 veces pronuncio tu nombre en un suspiro


Sábado 21.30hs_A la entrada del pueblo un perro policía me analizaba como si fuera sospechoso de algo. 200Mts más adelante me puse a fotografiar a las familiares palomas, y mientras lo hacía sentí cómo el perro me olisqueaba por allí atrás. Aunque hace 4 días que viajo hasta La Mata echo de menos la presencia de Portos y Áramis en el camino.

Estaría mal si digo que te extraño, nunca he estado contigo. Lo que extraño de ti es esa mirada tuya que hacía crecer a mis ilusiones. 8 veces pronuncio tu nombre en un suspiro. Desde que te di en mano los textos de Rummenigge dejé de atormentarme con la enfermiza masturbación mental del me quiere-no me quiere. Al parecer la ansiedad que experimentaba al recordarte no era otra cosa que la gran expectativa de que algún día llegara la oportunidad de poder entregarte en la mano todas las notas que he pensado para ti. Ahora que ya lo hice se inicia en mi corazón la certeza de que ya no tengo cosas que construir para conquistarte.

Martes 21.55hs_El día de ayer pasó desapercibido para esta escritura, igual que un pétalo de la almendrada podría serlo para la brisa del Tormes. Hoy fue un día en el que el romántico hecho de pensar en ti ha sido acompañado por un ardor en el pecho. Para un concurso de poesía envíe algunos de los poemas que te escribí. Cuarenta años de búsquedas zahoríes, así titulé la recopilación de aquellos textos. Después de la poda renacido quedó precioso. El bullicio de los chicos ha empeorado en la fecha; la senectud de mi padre me veta para llamar a la policía pues no quiero darle un disgusto. Tampoco el pie hinchado es veto para los paseos hasta La Mata, en los 25km de carretera no tomé fotos. Sólo al regresar a la ciudad tomé una hermosa fotografía de otoño en una cuesta hacia arriba del carrilbici. No sé si fue por el café que luego me tomé en casa, pero esta tarde al pensar en ti reconocí un intenso ardor en el pecho, tal como el que sentía después de que volví a verte. Entonces otra vez pude soñar con que algún día vendrías hasta mí. Pobrecito albur, no le presto demasiada atención. Es como un hermanito bobo a quien sólo le doy aprecio con la mirada. ¿Cómo será escribir sin que estas sentidas notas aspiren a tener un dedicando? La presión del bullicio ha logrado que el desempeño de mi pluma proteja su concentración bajo el paragüas placebo de la música Clásica, un universo que casi está por completo inexplorado para mí.








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