lunes, 9 de julio de 2018

Un jaque tácito



3 de febrero, 6.10am

Comenzó a llover. Nuestros vientos subtormesinos dan un jaque tácito a los cristales de los consorcios charros, de arquitecturas muy meditadas. Y los sonidos del viento son similares a cuando sacudimos las sábanas con vehemencia. Regresas de madrugada pero no como el amor, sino como un niño que se va de casa y vuelve al pasar penurias. Te hubiera esperado más, pero saber que vives con él desarmó las estructuras de mis sueños, dejándome sin alas para que mis ilusiones continuaran adelante.

Tenía la esperanza de que algo mágico pasara ayer. El día 2 del 2 es una simbología de la importancia que ese número representa en mi vida. Pero lo viví como un día ordinario, sin embargo en el fondo de mi alma estaba esperando que Dios impartiera sobre la Tierra un acontecimiento único, milagroso, algo que cambie el sentido unilateral del rumbo de los acontecimientos, de manera que mis ilusiones de ti comenzaran a revivir. Pero el jueves se desempeño al igual que los otros días que no encontramos señales de que nuestra felicidad está cerca. Hoy me arrepiento de no haber ido a ti en los momentos que me buscaste. Me vuelvo loco cuando veo los síntomas de que estás viviendo el amor con otro hombre. cuando te espera para despedirse tras la puerta y que nadie vea vuestros besos. Cuando le acaricias el brazo… cuando vas hasta él.

Día siguiente_Los consorcios parecen hechos de Lego, edificaciones de Tetris que se apilaron en lo profundo de la pantalla, creciendo en un horizonte manso. 4 tienen sus orígenes en los terrenos de Villamayor, 4 en los árboles de la carretera de Aldealengua, cuando un domingo como hoy regresaba del rústico pueblo de Babilafuente: los almendros se refrescan en la madrugada con la brisa subtormesina para admirar los consorcios del Barrio Garrido Norte. Hermosas ingenierías cuyas azoteas son bañadas con el amarillo solar en sus simetrías irregulares. Algunas veces me olvido lo bien que me hace escribirte a mano, de cuánto lo necesito. Anotar tu nombre en estos cuadernos, como si ese poético acto me fuera a otorgar la cercanía que necesito de ti. Uno desearía que estos platonicismos amorosos alguna vez tuvieran la oportunidad de cumplirse en vida. En cambio tan solo pudo amar a estos cuadernos manuscritos desde que te volví a ver.

Es inevitable seguir amandoté.








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