viernes, 23 de octubre de 2015

Deduciéndonos el amor mutuamente





Sentida mía,






Ahora llueve. Los ruiseñores reciben al agua con su canto madrugador. La lluvia de este domingo subtormesino nos hace el honor de sus visitas intermitentes. ¿A dónde van los pensamientos que se olvidan? Hoy miré fugazmente tus ojos claros y redondos. ¿Me habrás estado esperando? Siempre sueño con que nos vayamos conociendo casi sin hablar, deduciéndonos el amor mutuamente. Tenía planeado no verte. Pero haberte cruzado me hizo pensar en la existencia de un Destino más fuerte a toda voluntad. ¿Ya te habrás dormido? Probablemente sí. Probablemente no acuden a tu sueño insomnios relacionados con extrañarme.


Lunes 27 de abril, 2015_En su proceso cósmico y social, comienza la semana en el calendario gregoriano, con el amanecer subtormesino que se acompaña por el canto de un ruiseñor único. Hay veces que dudo si al abrir las ventanas del cuarto las estrellas todavía tendrán brillo.



28 de abril_El alejado ronroneo de una motocicleta le recuerda a la madrugada que es el hombre quien gobierna sobre la faz de la Tierra.
Finalmente mi corazón te ha elegido como la especial destinataria de todo mi amor. tal vez lo haya pensado por orgullo, pero llegué a pensar que no podrías colonizar mi corazón por completo, ya que en él habitaba la imagen de otra mujer. Pero al comenzar el día, los continuos pensamientos de ti formularon la mágica ecuación que reafirmó la fidelidad a tu imagen.
29 de abril, 2015 – 22 hs_Hoy oí tu voz como si fuera un chocolate tibio en otoño. Si no te miro es para no caer en la dulce tentación de desearte más de lo que deseo estar a tu lado. Pero la verdad es que me hace falta tu luz, mi bien. Me haces falta, como si fueras un desayuno, como un milagro que nunca se presenció… como el alma gemela que siempre hemos esperado. Al evocar tu nombre siento que me falta el pecho, que tengo un hueco en el corazón. Quizá algún día pueda cumplir el sueño de caminar a tu lado por las calles y callejuelas de Salamanca: encontrarte por ahí y pedir de acompañarte.



Rimadas con tu nombre


Una mirada tuya me expande al infinito
Puedo acaricias la punta de las estrellas
En mi soledad viven ahora tus colores
La ciudad es una búsqueda de ti.


















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