5 de junio
Te esperé. Hoy escribo
por primera vez tu nombre como ha de ser. Te esperé. Me senté en calle Toro a
terminar un dibujo, y a cada instante pispeaba a ver si no pasarías por allí. Y
a la noche te sentí, como cuando estoy cerca tuyo. Como cuando me voy de tu
lado. ¿Qué sucederá mañana cuando te vea? Mientras dibujaba, creí verte al
menos 5 veces, caminando hacia mí. Y en cada cabello rojizo el corazón se me
alumbraba. ¿Qué harás mañana, mi bien? ¿Me recibirán tus ojos cristalinos,
mientras subo por la escalera?
8 de junio
de 2015
Quizás al
final del arcoíris se encuentre la olla rebosando de monedas de oro. De igual
manera, al final de cierto número de días estará el tesoro de tu regreso. Y si
el paso del tiempo es contestado con tu ausencia, pues entonces sabré que todo
no fue más que un simple deseo de mi enamoramiento, antes que una realidad tuya
y mía.
Nuestra voluntad colabora con pequeños trazados
en los planes divinos que el amor tiene para cada uno
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