jueves, 29 de octubre de 2015

Castellanos de Moriscos, Pedrosillo, Pajares de la laguna y Orbada: fueron oportunos antibióticos para mi corazón triste



21 de junio

El último café fue a las 10,30. Estaba en la terraza de un bar que probablemente tú desconozcas: café Borgoña.

El café Borgoña queda a unos 200 mtrs de Carrefour, en ctra Zamora. Ya hace unos 5 años que lo conozco, pero hará 2 que lo frecuento cada día. O casi todos los días, desde que comencé a andar en bici a diario, intentando orbitar la tristeza de otro desamorío. Los pueblos y pedanías eran como inmobiliarios amigos, que me contaban amablemente acerca de sus escondidas idiosincrasias regionales. El oportuno ejercicio y las nuevas calles y plazoletas consiguieron que al regresar a casa me sienta más despejado. Castellanos de Moriscos, Pedrosillo, Pajares de la laguna y Orbada: fueron oportunos antibióticos para mi corazón triste. 
 Por eso te comentaba de mi último café en la terraza del bar, porque esta benevolente sensación de amor, de enamoramiento, de luz, también pudo haber sido por los efectos narcóticos de una infusión demasiado cargada. Mas ahora me di cuenta que eres tú.



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