11 de enero, 2018_Aunque
hoy fue un día de sol, mi paseo fue muy corto ya que, como te había
comentado hace tiempo, el viento es lo peor que hay para un
ciclista. Y así como el
invierno reduce los kilómetros andados, el paso de los meses acortó
la cantidad de paseos en un día por el recuerdo de tus imágenes.
También ha disminuido el número de las letras que vengo a
dedicarte. Así como también la pasión con la que acostumbraba
pensar las líneas que te escribía. Ninguna entró en mi corazón,
y si lo hace la proyección de sus recuerdos es sencillamente hasta el
próximo despertar, cuando una brizna de tu imagen se convierte de
nuevo en el primer pensamiento de mis días.
26 de enero, 2018_De 7 en
7, de 10 en 10, se van salteando las fechas que encabezan las
epístolas de este cuaderno. En algunos momentos recupero el
sentimiento de amor que sentí por ti al principio. Pero los días
finalmente se suceden unos a otros en el transcurso de una normalidad
amorosa. Quizá al día de hoy pasen 5 o 10 minutos desde que pienso
en ti hasta que me despierto. Y aunque voy olvidándote poco a poco, continua mi empeño en una meta que no sé muy bien cómo voy a realizar:
regalarte algún día el hacino de las escrituras que te fui dedicando a lo largo de estos años.
Dnld 2018