Lunes 21.30hs_La ausencia
de tus miradas artificializa los dos almendros. Quizás mis ilusiones
sobre ti les añadieron más vida de la que realmente tenían. Y
cuando no vuelvo a casa con el entusiasmo de tus miradas, hago
carecer a las cosas de aquella noble y enamoradiza añadidura con que
mi corazón las nutría. Al contrario de la semana pasada, hoy él no
estaba pero tú sí. Analizo esa casualidad para que otra vez me
permita soñar con un montón de posibilidades. Que ya no se quieran
tanto como al principio, y hubieran decidido por ir descansando uno
del otro...
Martes 22hs_La relectura
de los Evangelios continúa dándome cierta iluminación por dentro.
Sin embargo, de golpe y porrazo el pasado desentierra algunas cosas
que a uno le parece mentira haberlas vivido. Es como si de golpe se
recordasen partes de una película de terror que hemos visto de muy
chiquitos y uno quisiera no haber mirado. Aunque por otro lado más
tierno, las petuñas siguen aquí junto a los dos almendros. Renacido
sigue alto y frondoso, albur siempre peticito, con su rama que va y
que va. Cuando termine de escribirte los colocaré en la ventana, ahí
esperarán el advenimiento de la madrugada subtormesina. Continúo
ejerciendo un acto de fe ya casi apático, depositado en la esperanza
de que alguna mirada tuya le devuelva un poco la vida a las cosas de
este cuarto. Salgo a la calle con la expectativa de tu mirada, y
espero volver alguna vez con el renovado recuerdo de tus ojos claros
para transmitirle más vida a la petuña y que así hubiera echado
raíces más fuertes en el platito de Bob Esponja de la difunta
Valentina. O que se quiten solas las telarañas que acompañan
segmentos en el tallo de renacido. A veces abro el libro de Benito
Pérez Galdós esperando que el señalador hubiera avanzado 100
páginas de donde lo dejé antes de verte a los ojos por última vez.
Sin embargo hoy que recibí tu mirada vuelvo a la soledad de mi
cuarto y solamente algún que otro pimpollo nuevo en la petuña da un
nimio testimonio de la resistencia inherente de la vida. Los seres
humanos continúan ejercitando sus soberbias agresividades
psicológicas sobre los familiares más débiles, pareciera que
tienen la malvada finalidad de boicotear cualquier armonía lograda
en el hogar. Lamento no tener cosa bella alguna para escribirte esta
noche luego de haberme encontrado con la transparencia de tus ojos
esta mañana.
Jueves 4.55am_Mi primera
imagen del día fue el recuerdo de tu mirada de ayer. El alivio que
me dio el no veros juntos se difumina en la imaginación de verte
llegar a una casa en donde él te estará esperando. ¿Estarán
juntos en el trabajo esta temporada? ¿O será como en otros años en
donde uno se queda en casa mientras el otro va a trabajar? En fin,
todo tiene un propósito. Algunos días pienso que aquellas cosas tan
profundamente filosóficas en las que creo son delicados eufemismos
que me exhortan engañosamente para no decaer y continuar adelante. A
veces me pregunto si todos los principios que albergo en cuanto al
amor no serán como falsos profetas que con románticos argumentos me
persuaden para que continúe amándote tras cada decepción.
22hs_Con la esperanza de
tocarte el alma a través de los kilómetros, ayer por la tarde volví
al prometedor cometido de continuar reescribiendo el largo
epistolario de Rummenigge, melosas escrituras que te fui dedicando a
lo largo de casi 4 años, y que guardan la romántica intención de
que algún día supieras, mi bien, cuánto he pensado en ti. Quizá
pronto te haga otra visita, esperando que sea tu voluntad acercarte o
mirarnos otra vez a los ojos, o esperando cualquier azar que quiera
cruzarnos nuevamente por los caminos de la biblioteca. Siembras un
ángel en mí. Luego voy por esta vida exento de cualquier
negatividad.
Y de esta manera finalizo
otro día de la misma forma que lo comienzo: escribiéndote solamente
a ti.
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