15 de mayo, 2018_Hoy viví
una tarde de domingo tranquila. Los almendros estuvieron toda la
tarde en la ventana, nutriéndose con las protaicas vitaminas que
disponen sobre ellos con justicia los elementos. Al rebautizado
Renacido le ha salido una nueva constante de febuccini, de la cual
sobresalen ya cinco hojitas de un color aún no verde del todo. Ahora
están aquí los dos junto a mí, sobre el escritorio fumé,
acompañándome silenciosa y pacientemente. Esta semana debo devolver
el I-Ching y la Biblia de la conferencia Episcopal. Ellos siempre
están aquí también, su compañía es a lo mejor más fría que la
de los almendros.
20hs_Hoy en un bar pasó
lo que el destino ya me ha hecho varias veces. Por la ventana pasó
una mujer que también he querido, le tiré un beso y ella me lo
contestó. Siempre pensé que de no haber reaparecido tú ella habría
sido mi elegida. Se me ocurrió ir a buscarte, y luego de muchas
semanas apareció un Mireia en la televisión. Pero si no me acerco
más es por temor a verte y reenamorarme otra vez de ti, tras la
cíclica costumbre de mirarnos a los ojos. Pero ahora que mis ojos
internos miran el itinerario de los recuerdos de ti, a través del
cristal de una indiferencia benévola, creo que poco a poco puedo
otra vez ir acercándome a ustedes pero sin arraigarme a engancharme
a ti como si fueras un zolpidem.
16 de mayo_Los almendros
de nuevo respiran sobre el escritorio. Un sombrero de 3 hojas corona
a renacido. Cuando el sol de la mañana auspiciaba el día bueno me
acerqué hasta ti, tal vez para no desacostumbrarme de que tu
presencia dé sus cálidos presentes de vez en cuando en mis días,
pero también porque me sentí obligado a demostrarte que tu glamour
ya no es motivo de vacilación en mi alma. ¿Cómo te veré en unos
años? ¿Será como en otros amores, que con el paso del tiempo solo
reconocí senectud en el cuerpo de la mujer que amaba?
17 de mayo_La asimétrica
corona de cuatro hojas del delgado aunque bien formado y alto
Renacido, se abre hacia los 4 puntos cardinales. Tu recuerdo ya no me
mortifica ni tampoco me siento más una víctima por haber perdido la
oportunidad de estar alguna vez junto a ti. Gracias al insomnio de
esta madrugada, redescubro un entretenimiento perdido hace muchos
años: recuerdo lo doloroso y luego lo cambio por futuras
imaginaciones, altruístamente planificadas, donde aparecemos en las
situaciones idóneas para estar juntos.
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