Mi
alma insiste en darme motivos para vivir mostrándome tu imagen como
primer pensamiento del día. Mas para evitar pensar en ti tomo
distancia de estos cuadernos durante algunos días. Sin embargo,
cuando despierto me doy cuenta de que desenamorarme de ti ha sido una
inútil empresa de la soberbia psicológica. Por eso doliente razón
será que de inmediato intento negarme a mí mismo tu existencia, y
me culpo duramente por haber pensado en ti. Ahora que ya sé que eres
de otro hombre, cada día comprendo un poco más que la ilusión de
estar alguna vez a tu lado ha dejado de ser una dulce motivación
para vivir y pasa a convertirse en una carga que iré dejando poquito
a poco. Aunque como si fuera una trampa, como una tentación de un
destino adverso, hoy me arrimo hasta aquí para escribirte en otro
día 2 de abril, el tercero desde que tomé la decisión de
escribirte únicamente a ti. Y poco a poco va desapareciendo de mi
vida la preocupación de que no vinieras a mí... y en mi alma va
quedando espacio para recibir a una nueva ilusión.
El
desamor vendría a ser el súbito reencuentro con un mundo de
facultades que a simple vista nos suenan desconocidas, pero que
tienen el fin de reemplazar a una perpetua combinación de fantasías
que polulaban en nuestra mente cuando reinaba el amor.
El
que ya no me emocione desbordadamente el leer un texto con tu nombre
es una prueba veraz de que el olvido está haciendo bien su trabajo
4
de abril, 10pm_La investigación de un libro sobre los sueños me
hizo saber que los sueños hipnogógicos de ayer han tenido que ver
contigo. Sin embargo en los hipnopómpicos de esta mañana la cara de
otra mujer ha servido como la cálida representación de mi amor. Un
alentador símbolo, una aliviadora señal de que después de todo la
vida continuará... aunque no sea a tu lado. La tentación de ir a
buscarte para saber si me miras es aceptablemente vencida por alguna
responsabilidad o algún que otro pasatiempo. El que ya no me
emocione desbordadamente el leer un texto con tu nombre es una prueba
veraz de que el olvido está haciendo bien su trabajo.
18
de marzo_Y ya me ves, de nuevo escribiéndote algo antes de ir a
dormirme. Cuando convoco el itinerario de tus imágenes, la
respiración pareciera ser un alterado sube y baja de inquietos
átomos de oxígeno; y tu ya inapelable falta será el insobornable
tormento que me perseguirá durante años y años como un fantasma
ególatra. Él te estaba esperando en casa a que volvieras, mientras
tanto yo desde aquí pensaba que podría enviarte mis pensamientos de
amor por medio de la telepatía manuscrita. Estos 5 cuadernos a
letras cursivas han representado el Doria Gray del amor que sentí
por ti. Me quedé aguardando a que el propio peso de las cosas fuera
acomodándolo todo para que finalmente se hiciese cierta la
posibilidad de estar juntos. Sin embargo el reconfortable mundo de
mis ilusiones hoy se ha convertido en un extensísimo desierto.
Aguardo con una expectativa de similar anchura a que la vida me
enseñe a soñar de nuevo. Pero en el fondo de mi corazón continúo
esperando a que la próxima oportunidad de amor seas tú.
19
de marzo, 5.15am_Puesto que la ventana del 5ºB rompió con su
cíclico ritual de cerrado desde que me dormí, en una madrugada de
cielos desconocidos continúo escribiendo para poder armonizar mis
días con la falta de ti. Mientras, los almendros aprovechan el
frescor de la noche fugaz y la luz de las estrellas. Finalmente, la
vida marca una distinción importante: hoy mis problemas te han
destronado de ser el primer pensamiento del día. Las patológicas
secuelas que me dejó el amarte desmesuradamente se han explayado a
otras relaciones. Verbigracia, practico las palabras y correcciones
que posiblemente le diría a otra mujer. Sin embargo, supongo que
serán demasiado melodramáticas. El reloj ya mencionado marca ahora
las 5 y media de la madrugada. Desde que comencé a escribirte, hace
2 años, pocas cosas han quedado sin mencionarte respecto a esta
habitación.
Estos
cuadernos son solamente para tu nombre. Aunque te escribo menos no sé
si voy a poder dejar de escribirte para siempre. Cada día que pasa
te conviertes un poco más en mi pasado.
21
de marzo, 4.10am_Unas diez monedas se hacinan sobre el fumé
formalizando el impresionista contorno un espermatozoide futurista.
El sueño de una nueva madrugada se corta por una nueva intrusión de
tus miradas a mi vida en el día de ayer. ¿En qué parte de tus
pensamientos tienes reserva para este gentilhombre? Solamente una vez
volviste a darte vuelta cuando me fui. Creo que soy la tentación con
la que el Diablo pone a prueba la fidelidad que le debes a otro
hombre. Aunque cuando se van los días sin verte algún algo alivia
un poco el dolor de que ahora vivas con él.
Algunos
días el olvido va haciendo efecto, y la imagen de otra persona aparece en mi
corazón desde que despierto. Pero la manuscrita que la describe
parece ser de otro hombre. Inexplicablemente, por medio de azarosos
mecanismos arbitrarios, hay alguna insolencia del pasado que
revolotea en la ingrávida sustancia de mi psicología, igual que
podría hacerlo una molesta mariposa de la noche en la habitación
cuando uno enciende la luz de golpe. Esta tristeza omnisciente ha
conseguido desencadenarme de la larguísima obsesión que te
idolatraba en aquel inseparable trascurso de los minutos. Cuando esto
sucede uno escribe más centrado en la belleza literaria antes que en
la de su amor. Al morirse nuestro enamoramiento comienza la
escritura sin yo. No existe un destinatario prístino para las
prosas. Al notar esto, uno se da cuenta de que el dolor se produce
cuando debemos abandonar de golpe a las ilusiones. Psicología
barata y algún oxímoron. Y al cabo de unos años se bajan los
brazos en la lucha por nuestros sueños. Hasta que ayer, 14 de marzo,
miré el perfil de tu cara otra vez.
Con
una burguesía casi apática mirabas un monitor Nacional. Supongo que
poblarías los momentos de tu vida para que se cumpla el horario de
regresar a casa, donde emocionadamente te aguarda él. Uno es un
hombre más apuesto renunciando a decir y hacer para dejar contentos
a los demás. Al dejar de quererte estoy volviendo a casa; al
desenamorarme de ti el pensamiento es uno nuevamente. En este
cuarto todo será silencio: los elefantitos no me hablan ni respiran,
tan solo echan su sombra sobre la blanquedad del gotelé memorizado.
pero al menos tengo una buena noticia: ayer por la tarde hice el
recuento literario de aquellas notas escritas en tu ausencia. Y helo
aquí, un poemario de 300 versos que empalagan. Y por supuesto: casi
está finalizada la bitácora de Rummenigge.
6
de marzo, 6 menos cuarto de la mañana_Soñé contigo ceca del día
2, luego de mucho tiempo. En la habitación de al lado, papá ronca
como en sus mejores momentos. Detrás de la ventana los camiones
municipales rumorean sus cosas sobre las primeras funciones del día.
De golpe, todo es silencio otra vez. Mamá lo habrá empujado para
que así ronque menos, y los camiones funcionarios sacudirán los
containers en otras calles más alejadas de aquí. Junto con los
ronquidos y los murmullos municipales también fue menguando el
fervor apasionado que siempre vibraba en mi pecho cada vez que
evocaba tu imagen.
9
de marzo, 4.ooam_Inexorablemente, continuas siendo la primera imagen
de mis días. Todo desamor contagia nuestra personalidad con
malhumorados tics que finalmente hallan razón de ser en las
subsiguientes soledades. Estas cómicas taras enferman a nuestra
mente, que continúa asociándolo todo con cosas lindas, o por lo
menos con cosas que nos han gustado. Así yo sigo practicando las
cosas que te diría si te tuviese aquí delante. No es que siga
pensando en qué te regalaré cuando vengan los días 2, pero sí me
entretengo al recordar las cositas que te fui dando en estos últimos
dos años de secretas entregas. Al igual que aquellas sentimentales
secuelas, la secuela de haberte amado sembró hábitos indomables en
mi vida: al despertarme y antes de abrir los ojos eres la primera
felicidad que me devuelve a este mundo nuestro; la primera imagen que
amo... la primera voz que escucho. Y tú, cuando oyes mi nombre, ¿Te
pondrás colorada, igual que le pasaba a doña Endrina? Es extraño,
pero me siento mucho más aliviado desde que no vengo aquí a
escribirte tanto ni tampoco por tanto tiempo en un día. Es como si
de alguna manera el hecho de no escribirte a manuscrita me concediera
el alivio que da el olvido. ¿Cómo completaré -pienso- estas hojas
ahora que mi alma ya no tiene almacenada aquella ardorosa necesidad
de estar a tu lado?
3
de marzo de 2017, 7.30_Mi último sueño de esta noche has sido tú.
Me llenó de positivismo y esperanzas, además que de amor. tenías
el cabello castaño y te llamabas Merche, sumado a otro nombre
femenino; me tratabas con absoluta distancia, y no me mostrabas
síntoma de afecto alguno, en ningún momento del sueño. En venganza
de tu desprecio, yo trataba de darte celos hablando con otra mujer.
Trabajabas tras la barra de un bar. Al terminar tu turno, te parabas
en la vereda para espera un bús. Los colectivos eran como aquellos
en los que solía viajar de pequeño. Cuando cogías el tuyo te
miraba cómo escogías dónde sentarte. El número de tu asiento era
el 54.
5
de marzo, 2017_De nuevo la madrugada se inicia con un pensamiento de
ti. Los ruiseñores afuera, el reloj a cuerda en las 5.ooam, o la
induísta pintada en el monedero de mamá: nada de lo que existe sabe
sobre la culpa de pensar en ti antes que nada en la vida. En el alma
me atormenta pensar que este será otro día sin ti. De todas
maneras, pueden conseguirse muchas cosas. La manuscrita más firme y
más fluida; las buenas amistades que uno cosecha mientras espera el
milagroso arribo del verdadero amor, los libros y poemarios que uno
ha ido finalizando en consecuencia de la omnipresente falta de la
persona amada. Sin embargo, todo lo que logre en un futuro lo viviré
como si fuera un fracaso, puesto que todo lo que fui construyendo
hasta este día lo había hecho para estar junto a ti.
21
hs_Hoy fue una tarde lluviosa. Ello le sumó melancolías al domingo
para que te echara más de menos. Las imágenes de tus cabellos
recogidos y de tu carita pecosa aparecieron en mi interior como un
relampagueo oprimido. pero ya no me hablas igual que antes, sino que
me miras con tus ojitos de caleidoscopio triste. Te amé demasiado
como para atreverme a corregirte en algo. A veces una chispa de
esperanza cambia obstinadamente mi desilusión por una efímera e
incauta expectativa, mas todo cambia bruscamente al recordarte en los
brazos de otro hombre. El relojito a cuerda, los lápices o los
elefantitos que cuelgan al lado de la ventana abierta: todo cuanto
hay en este cuarto fue perdiendo el alma que antes vibraba en ello,
en tanto mi ilusión era una devota de ti. Las paredes me increpan
con un gotelé más grisáceo, para asfixiarme en el cuarto que
antaño se iluminaba con los recuerdos de tu sonrisa.