Miércoles 13 de abril
Mi querida Señora,
En el coqueto barrio Garrido Norte, las luces artificiales de la célebre Chinchibarra se derraman fielmente sobre los exquisitos turismos, estacionados con toda prolijidad en las dos filas del paseo de los Cerezos, que se convierte en una pasarela urbana para otro coche que viene justo a pasar por el medio. Desde que abrí los ojos, un guitarrón acústico comienza la interpretación de Muchacha ojos de papel, como si los pensamientos de ti, que habitualmente me atacaban al despertarme, hubieran tenido la obligación de convertirse en algo asociado contigo. En mi alma sucede algo al saber que también la has oído tú.
Antaño, hace muchos meses, soñé que hablábamos de lo que paso cuando te conocí. Fue muy real. Cuando desperté me sentí maravilloso, aliviado, como si espontáneamente una carga muy importante se hubiera quedado en el camino. Esta semana he soñado dos veces contigo: la primera fue la noche del lunes al martes, recuerdos que se han difuminado de la consciencia de tu servidor. La segunda hoy, viernes.
Antaño, hace muchos meses, soñé que hablábamos de lo que paso cuando te conocí. Fue muy real. Cuando desperté me sentí maravilloso, aliviado, como si espontáneamente una carga muy importante se hubiera quedado en el camino. Esta semana he soñado dos veces contigo: la primera fue la noche del lunes al martes, recuerdos que se han difuminado de la consciencia de tu servidor. La segunda hoy, viernes.
16 de abril (medianoche)_¿Será posible que estuvieras intentando un acercamiento mediante una disimulada atención incorrecta? Dios me va dando pistas, señales, de que estás esperándome porque quieres decirme algo. Yo también lo necesito. Puesto que en todo un año, nunca te habías equivocado. Día siguiente_Ayer Dios no respondía solicitudes del amor permanente: el bolígrafo azul escribió dos cuartillas de plegarias, mientras mi intención se centraba únicamente en ti. Sin embargo, al cruzarme contigo, o bien no fue voluntad del Destino que un servidor te dejara un presente, o no fue la tuya: tu presencia, que parecía a flor de piel, ahora es huidiza. Y aunque sigo soñando contigo, algo ha cambiado en el itinerario de tu cotidianeidad: el Señor ya no colabora para que nosotros nos encontremos en los diferentes puntos del mapa de la Casualidad. Las Deidades orquestaron paso a paso nuestros caminos para que ya no nos crucemos por los cognitivos pasillos, ya no nos saludamos una vez a la semana. ¿Cómo será un mañana sin ti? Después de comprobar que la Casualidad ya no enfatiza para que tu y yo nos miremos a los ojos como lo hacíamos antaño, casi te diría que me he dado cuenta de que todo ha sido nada, como dice el poema.
Yo creí en hadas madrinas, en la plegaria, en lo mágico… en cristianos, en positivismo y en la creatividad. Pero lo que nos lleva a creer en todo eso no es otra cosa que la imposibilidad de un amor al que nos estamos aferrando desde hace muchísimo tiempo en baladí.
Hoy me interiorizo en estas hojas para que todo lo escrito hasta el momento se convierta en un ejemplo tácito de tu compañía.
Yo creí en hadas madrinas, en la plegaria, en lo mágico… en cristianos, en positivismo y en la creatividad. Pero lo que nos lleva a creer en todo eso no es otra cosa que la imposibilidad de un amor al que nos estamos aferrando desde hace muchísimo tiempo en baladí.
Hoy me interiorizo en estas hojas para que todo lo escrito hasta el momento se convierta en un ejemplo tácito de tu compañía.
Ya casi se cumplen dos meses desde que no sé de tus miradas. Tan solo fugazmente, alguna vez que otra, a través de la mímica de una carita de preocupación, tus ojos transparentes me confesaron que te has estado acordando un poco en tu seguro servidor.
Hoy me interiorizo en estas hojas para que todo lo escrito hasta el momento se convierta en un ejemplo tácito de tu compañía. Te vi de espaldas, y el momento clavó en mi alma la daga mortal de tu indiferencia. Nada te trajo de regreso en los barcos de la ilusión. Uno busca una razón amándote. Este amor era un péndulo que oscilaba entre el mequiere-nomequiere. Pero hoy, 24 de abril, dormí una siesta y desperté feliz luego de haber soñado contigo. Y luego de todo un mes tratando de desprenderme de ti, abrí los ojos pensando en cómo sorprenderte de nuevo.
El té con limón, casi helado por el reposo de toda la noche, mengua el calor de otro despertar lleno de pensamientos de ti. Como en otras tantas, esta vez me había jurado y perjurado dejar de amarte. Mas embriagado en las palabras que podría decirte, o en los utópicos detalles de película que podría tener con vos… vuelvo a esta consolación manuscrita con el fin de agigantar este perpetuo epistolario a base de tembleques y cómicas letritas cursivas.
El té con limón, casi helado por el reposo de toda la noche, mengua el calor de otro despertar lleno de pensamientos de ti. Como en otras tantas, esta vez me había jurado y perjurado dejar de amarte. Mas embriagado en las palabras que podría decirte, o en los utópicos detalles de película que podría tener con vos… vuelvo a esta consolación manuscrita con el fin de agigantar este perpetuo epistolario a base de tembleques y cómicas letritas cursivas.
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