3 de julio_El Sol ya se adueñó de las ventanas más altas de los consorcios subtormesinos. Algunos pardales festejan la quietud de otra mañana que espabila con su gorjeo ceremonioso y alegre. Los 3 almendros continúan con su tranquilo ascenso hacia los cielos rasos. Tras su supervivencia milagrosa, 6 ó 7 flores de violetas honran tu nombre, Señora mía, exteriorizando una belleza naif. Todo esto sucede en el primer domingo de julio, por la ventana de mi cuarto, en Paseo de los Nogales número 7.
7 de julio, 2016_Violetas y alicios desempeñan un responsable modelaje bajo el transcurso de una tormenta nómada, aquí en la tierra subtormesina. Hoy será el décimo día en que mis ojos no tendrán la bendición de tu existencia.
8 de julio_Finalmente, ayer te vi, radiante y hermosa como era de esperar. Caleidoscopio. No has demostrado nada, sólo que algo te causa mi presencia, ya que ni bien me acerco a vos sales corriendo como si te perdiera el tren. Eres cual las mariposas de mi Quilmes. Se posaban a beber néctar en alguna madreselva, y cuando uno estaba a punto de cogerlas, volaban.
Caerá martes. Un caballero intenta hacer cada detalle lo más especial que pueda. Es por eso que estoy apresurando la cabalgata de estas cursivas a tinta azul sobre los renglones reglados, para que el 2 de agosto pueda llevarte este cuaderno. No tendré la valentía de dártelo en mano. Uno ha de respetar también sus imperfecciones y miedos. Temo terriblemente que pertenezcas a otro tal y como yo a ti. Ayer te vi, mi Señora, pero también se repitió otra presencia. Y no he notado en tus ojos el mismo entusiasmo con los que antaño me miraban, para que me confieses que todavía me esperas. Ni tu mirada, ni tus mejillas que se sonrojan, ni tampoco hubo en tus gestos ninguna sonrisa disimulada. Solamente las palabras justas y necesarias. Tan solo la fe me hace proseguir por este camino de incertidumbres y dudas, que pareciera un frágil y dulce puente de cuerdas que me cruza entre dos peñascos.
Las violetas con tu nombre se han marchitado. Con 35º olvidé entrarlas, y al otro día ya estaban irremediablemente secas.
Hoy, sábado, fui a esperarte. Sentí alivio en los cabellos rojizos que no resultaron tuyos, cuando los noté acariciados por un varón. En Salamanca se ven mujeres que infartan. Pero con ninguna de ellas experimento la fascinación que me causa un solo pelo tuyo.
16 de julio_Hoy tu nombre estuvo presente en todas las calles y rincones de la ciudad y las pedanías. Ven a buscarme si no me ves. Creí que te acercabas, pero en la cruda proximidad vuestra imagen se convirtió en otra mujer. ¡Qué poco sentido tiene esta vida sin pertenecerte, querida mía! En cada cosa, en cada instante, se presenció tu nombre. No existen palabras para describir la inmensidad de tu presencia en mi cuerpo.
7 de julio, 2016_Violetas y alicios desempeñan un responsable modelaje bajo el transcurso de una tormenta nómada, aquí en la tierra subtormesina. Hoy será el décimo día en que mis ojos no tendrán la bendición de tu existencia.
8 de julio_Finalmente, ayer te vi, radiante y hermosa como era de esperar. Caleidoscopio. No has demostrado nada, sólo que algo te causa mi presencia, ya que ni bien me acerco a vos sales corriendo como si te perdiera el tren. Eres cual las mariposas de mi Quilmes. Se posaban a beber néctar en alguna madreselva, y cuando uno estaba a punto de cogerlas, volaban.
Caerá martes. Un caballero intenta hacer cada detalle lo más especial que pueda. Es por eso que estoy apresurando la cabalgata de estas cursivas a tinta azul sobre los renglones reglados, para que el 2 de agosto pueda llevarte este cuaderno. No tendré la valentía de dártelo en mano. Uno ha de respetar también sus imperfecciones y miedos. Temo terriblemente que pertenezcas a otro tal y como yo a ti. Ayer te vi, mi Señora, pero también se repitió otra presencia. Y no he notado en tus ojos el mismo entusiasmo con los que antaño me miraban, para que me confieses que todavía me esperas. Ni tu mirada, ni tus mejillas que se sonrojan, ni tampoco hubo en tus gestos ninguna sonrisa disimulada. Solamente las palabras justas y necesarias. Tan solo la fe me hace proseguir por este camino de incertidumbres y dudas, que pareciera un frágil y dulce puente de cuerdas que me cruza entre dos peñascos.
Las violetas con tu nombre se han marchitado. Con 35º olvidé entrarlas, y al otro día ya estaban irremediablemente secas.
Hoy, sábado, fui a esperarte. Sentí alivio en los cabellos rojizos que no resultaron tuyos, cuando los noté acariciados por un varón. En Salamanca se ven mujeres que infartan. Pero con ninguna de ellas experimento la fascinación que me causa un solo pelo tuyo.
16 de julio_Hoy tu nombre estuvo presente en todas las calles y rincones de la ciudad y las pedanías. Ven a buscarme si no me ves. Creí que te acercabas, pero en la cruda proximidad vuestra imagen se convirtió en otra mujer. ¡Qué poco sentido tiene esta vida sin pertenecerte, querida mía! En cada cosa, en cada instante, se presenció tu nombre. No existen palabras para describir la inmensidad de tu presencia en mi cuerpo.
Te has convertido en mi alma.
Tuyo. 17 de julio, 2016
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