4 de junio de 2018,
6.40am_No hay un solo sonido en la madrugada de Candelario. Los
Ronquidos de papá están a 3 cuartos de distancia. No hay imposibles
camiones de la basura ni gorjeo gorrional. Extraño las luces de la
poética Chinchibarra, los silenciosos automóviles que avanzaban
sobre el asfalto de la hogareña paseo de los Cerezos. En algunas
horas más deberé acercarme hasta la Torrente, allí teníamos
despertares silenciosos, pero nunca completamente. ¡Cómo maullaba
Valentina! Y qué pronto me he dado cuenta de cuán serviciales somos
ante las cosas tóxicas de los demás.
5 de junio, 7.30arm_Las
ocultas constelaciones continúan remarcando sus progresivas órbitas
por el cielo color café. Repentino y doloroso, fuiste mi primer
pensamiento del día aún oscuro. Ayer no estabas allí, y partí de
la biblioteca con un vacío irrazonable. Quizás por ese malestar en
el alma, fue que esta noche he soñado algo relacionado contigo.
2 de junio, 5.40am_En la
exhausta celebración de otro día 2 sin ti, el sencillo conjunto de
hábitos de mi vida hace que me levante para escribirte cuando ya se
termina la madrugada. Se extraña un poco la sana compañía de los
preciosos almendros, que por ahora se quedaron en la ventana cerrada,
para que así el aparatoso ingreso al cuarto no quebranta el místico
climax del silencio en la habitación blanca. Inclusive dos libros de
la Torrente, la habitación ha heredado las útiles pertenencias que
tenía la habitación anterior, en paseo de los Nogales número 7, la
casa en donde te conocí. Echo de menos las poéticas farolas del
pintorezco parque de la Chinchibarra, asomarme por la ventana
protegida a regar los almendros y pispear de paso a paseo de los
Olivos a ver si no estabas tú.
22 hs_Todavía no se
acaba el 2 de junio. Y aunque te extrañé mucho, te extrañé menos.
Fuera de la habitación, la gente de esta casa continúa con sus
grandes y pequeñas costumbres, sin enterarse de Bilderberg o el
Grupo de los 27. Mamá canta un tango cuando se siente enamorada de
mi papá. Luego, tal vez ella abra la escalera para revolver un poco
la casa. El sonido a hojalata destartalada parece el hombre del Mago
de Oz, que se tropieza en el camino amarillo. Los demás intentamos
ignorarla cuando se pone así, claro, pero lo hacemos con culpa
porque sabemos que sufre. Nos intoxica con su demencia, sólo
justificada por el abuso de los medicamentos. Toda su vida se
automedicó. Aunque en el fondo de mi corazón, aparece como otro
argumento una frase que no recuerdo quién la escribió.
Todo dolor es la falta
de nuestro amor.
En nuestra familia han
coexistido siempre el amor y una cuota de alboroto.
Pero aquí en el cuarto,
los dos almendros continúan haciéndome su afable compañía. El
tronco de Albur, está cada vez más marrón, síntoma de que va
madurando sanamente. Aunque no supe nada de ti, he pasado un día muy
lindo. A la mañana me encontré con Juli, quien separa una hora por
su semana para que nos tomemos un café. Después me fui a otro bar
para usar el ordenador, pero el camarero hizo un gesto un poco bruto
y me fui enseguida. Antes fui un poco más allá de Monterrubio de la
Armuña, aprovechando el sol de la mañana para hacer un poco de
ejercicio.
21.30hs_Hoy desperté a
las 2 de la madrugada como si hubiera dormido 10 horas seguidas.
Había soñado algo en donde aparecías tú. Cursábamos un sábado,
y la biblioteca formaba parte de una estación de ferrocarril.
Estabas en tu escritorio, manejando ordinariamente el ordenador.
Mientras tanto, yo abría un libro que enseñaba las diferencias
entre los hombres y Dios. Por ejemplo, había una lista larga en
donde decía que si Dios elejía una milanesa, los hombres eligirían
un pan de manteca. Luego, al levantarme, me ayudaron las páginas de
esta mañana, si uno escribe 3 carillas ejercita mucho mejor la
escritura durante el resto del día. Por eso esta tarde escribí la
sinopsis de Rummenigge como si me la supiera de memoria. No sé si es
malo o bueno, pero como una romántica colación de este logro pensé
toda la tarde en ti. Pero hablando de lo que pasa en este momento,
volvieron papá y mamá. El sonido del polipropileno de las bolsas de
Día que se abren y que se cierran causa zozobra en mi absoluta
dedicación a la escritura nocturna. Son un corso, mi padre sube al
autobús y se olvida a mi madre en el negocio como si fuera Kevin.
Cuando él ya está en casa le suena el móvil, es mi madre y le dice
¿pero a dónde estás tú? Y la otra le contesta ¿y a dónde estás
tú? Y así un están un buen rato. Poco después se siente la llave
en la cerradura, es mi madre que llega con sus kilombos. Hasta que
por último llega mi hermana hablando por móvil con un cliente; sin
cambiarse de ropa enciende el ordenador para poner el puto sonido a
mar. Es como poner el oído en una tubería que pasa el gas. Los
almendritos acá no más me acompañan, renacido ya está 2 cm más
grande por el último estirón.
Cuanto más avanzo en mis
cometidos, más soy de echar en falta tu complementaria presencia.
Como te decía antes, hoy desperté a las 2 de la madrugada y habré
vuelto a dormirme otra vez a las cinco, intentando aprovechar el
pensamiento todo lo que pude. A todas horas está mi hermana con el
maldito ruido que pone a las cañerías, se ve que pa´ no pensar. Ya
casi me he acostumbrado a él. Y los almendros firmes ahí, mi sana
compañía en esta vivienda.
1 de junio, 6.30am_Sin ti
todo sigue igual, a excepción de un detalle: finalmente estos
cuadernos se completan. Quedan pocas hojas por delante no más y ya
terminaré éste, el 6to cuaderno de Rummenigge. A estas alturas del
desamor, no entiendo si vengo a él y te escribo porque te extraño
o, lisa y llanamente, lo que echo en falta es la sensible tarea de
rizar conjeturadas emociones encima de este papel estriado. ¿Quién
habrá completado estos renglones, el amor o la mera ilusión que se
aferra a la hipotética perfección de otro ser humano? Los rencores
que timoneaban a mi corazón han sido una interesante herramienta que
me ayudó en la compugida tarea de ir olvidándote. En la habitación,
las camas de todo el 3ero chirrían si se dan la vuelta para dormir
un poco más cómodos. Las 6 de la madrugada son el horario en que el
desarrollo de esta escritura recibe al amanecer. Ya va aclarando
pálidamente en la ciudad tormesina. Otro gotelé blanco ceniza pero
aún más viejo es el artístico fondo para mis dos almendros. Según
se orquesten en el fumé, proyectan su pueril sombra sobre la paredes
del cuarto.
1 de junio,
21.30hs_Repito la iniciativa de ir a buscarte mañana, en otro día
2, aún ante la inmensa posibilidad de verte junto a él, o que tal
vez no estén ninguna de los dos, e indiciariamente el Destino me
dirá que estás a su lado. Sin embargo, este papel es el romántico
testigo de que hoy haya barajado toda la tarde la tentativa de ir
mañana a buscarte, incluso llevaré conmigo una espiga de trigo para
dejar cerca tuyo, como si fuera un muestrario de mi interés por tus
acercamientos, si es que un mayor número de coincidencias desembocan
en tu mirada.