Domingo 21.30hs_Mañana, si es que el día despierta escampado, seguramente que pasaré Mozodiel del Camino para saludar a Portos y aramis; esta mañana estaban los dos, al otro lado del abrevadero. Antes, Áramis no venía hacia mí. Únicamente Portos me demostraba su alegría cuando me acercaba al corral, venía todo lo que el alambre de púas se lo permitiera. Después se quedaba mirándome, entretanto la mandíbula le dibujaba un movimiento semicircular en sentido horario. Portos, esta mañana, se metió en el abrevadero cuando me vio. Se quedó bebiendo en el agua baja. De vez en cuando levantaba la cabeza para mirarme. Nunca olvidaré aquella mañana en que nada más verme bajó la planicie al trote. Áramis, hoy vino unos metros hacia el estanque. Entre otras cosas, quizá mañana te vea, cuando me de una vuelta por el viejo Garrido Norte.
Lunes 22hs_Los almendros están preciosos. El mes que viene podaré a renacido. Ya no le saldrán coronas de 4 hojas verdes. Hoy por la mañana hice el viaje a La Mata de la Armuña. Fui más que nada para verlos a ellos, a Portos y a Áramis, que me miraban al otro lado del agua. Ninguno de los dos avanzó hasta donde yo estaba, tan solo me miraban bajo el sol de un día precioso. Sus flequillos resplandecían en el día brillante. Durante todo el viaje nada hay tan maravilloso como ellos. Le dieron un nuevo sentido a mis viajes por la carretera de Carbajosa. Y los echo de menos. Es como el zorro y el Principito: cada día se acercaban un poco más. Y cada día me dan una muestra nueva de su silencioso afecto. Luego, por la tarde me acerqué a la Torrente para ver si estabas. Supongo que el alboroto de la Feria del Libro hizo que no estuvieras. Me fui vacío al no encontrarme con tu mirada. Miércoles 21hs_Estoy preparado para que cuando se hagan las 11 llamar a la policía. Mientras los vecinos gritan y cantan, un perro chilla desde fuera.
Jueves 21.40hs_Hoy a la mañana fui a ver a mi amigos, Portos y Áramis. Los chicos de al lado siguen gritando. Ayer vino la policía pero no los pudo coger. Es bastante injusto, cuanto más rezo, cuanto más positivo intento ser respecto a estos chicos, parece que mi pasividad más excitara su comportamiento. Mientras te escribo a ti va aumentando el volumen del griterío. Las discusiones entre uno y otro son más violentas, los pasos por la vivienda se agitan más.
El mes que viene lo podaré a renacido. Más o menos serán 40cm lo que creció en total. ¿Y qué te diré sobre ti? Hoy suspiré en voz alta tu nombre. Pero gracias a que ya no estoy cerca tuyo te echo menos de menos. Sin embargo hay veces que experimento recaídas que me hacen extrañarte de más. Ágape.
Viernes 15.30hs_Como una consecuencia casi dolorosa este día amaneció nublado. En consecuencia, como una cautela fraternal, esta mañana no viajé hacia los pueblos. No quiero que te parezca que exagero mi pena al contarte cosas así, pero echo de menos a Portos y a Áramis; los caminos de tierra que hacen encrucijada con la carretera de Carbajosa, las alas abiertas de los milanos llegando al cementerio de La Mata de la Armuña. También extraño la compañía de los almendros, mirarlos mientras te escribo de sus detalles. Los chicos de al lado me recuerdan mucho a las insolencias de mi juventud, cuando crecemos, cuando cambiamos.
22hs_A pesar de la melancolía que me produce el hecho de que se termine el día y no me queden recuerdos de la carretera de Carbajosa, me reconforta ver a la petuña y a los almendros encima del escritorio fumé, resguardándose de las lluvias nuevas. En el plato de la petuña ha salido un yuyito, parece que fuera un trébol. Ya no sé bien si te extraño o no, sólo cuando te recuerdo siento como si el corazón se me hiciera de dulce de leche.
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