5 de marzo, 23.30 hs
Hoy fue la tercera semana del taller de escritura. todo salió perfecto: estaba tan contento que regresé a la Torrente a buscarte. Pero algo no salió como yo esperaba: también fue a buscarte otro hombre. llegamos al mismo tiempo, pero él te llevó consigo. Quizás no fuera tu pareja, pero te has alegrado tanto al verle. Caminó a tu lado a la luz de la Luna perfecta, tal como yo quiero hacerlo en mis sueños. La noche era tan oscura… y tu voz era lo único que se diferenciaba en Paseo de los Olivos. Tu voz mimosa. ¿Es posible que tus días de ausencia hayan sido para castigarme? Todos los volúmenes de esta biblioteca serían insustanciales si tú no estuvieras allí.
Sería imposible ponerle un nombre a cada una de las flores que da el ranúnculo, ya lleva 10 buenos florecimientos. ¿Qué podría contarte hoy, mi bien? Que repetí el camino ayer andado para ver si la Suerte reiteraba la caprichosa e inusual coincidencia de cruzarnos. Ya no puedo imaginar el desenlace de mi vida si tú no participas en aquellas visualizaciones. Tan hermosa es esta sensación de volver a estar vivo, que se manifiesta de a ratos en mi organismo mermado, al igual que lo haría el frescor del río, cuando nos sorprende cada tantos pasos, en el camino del vado.
Hoy fue la tercera semana del taller de escritura. todo salió perfecto: estaba tan contento que regresé a la Torrente a buscarte. Pero algo no salió como yo esperaba: también fue a buscarte otro hombre. llegamos al mismo tiempo, pero él te llevó consigo. Quizás no fuera tu pareja, pero te has alegrado tanto al verle. Caminó a tu lado a la luz de la Luna perfecta, tal como yo quiero hacerlo en mis sueños. La noche era tan oscura… y tu voz era lo único que se diferenciaba en Paseo de los Olivos. Tu voz mimosa. ¿Es posible que tus días de ausencia hayan sido para castigarme? Todos los volúmenes de esta biblioteca serían insustanciales si tú no estuvieras allí.
Sería imposible ponerle un nombre a cada una de las flores que da el ranúnculo, ya lleva 10 buenos florecimientos. ¿Qué podría contarte hoy, mi bien? Que repetí el camino ayer andado para ver si la Suerte reiteraba la caprichosa e inusual coincidencia de cruzarnos. Ya no puedo imaginar el desenlace de mi vida si tú no participas en aquellas visualizaciones. Tan hermosa es esta sensación de volver a estar vivo, que se manifiesta de a ratos en mi organismo mermado, al igual que lo haría el frescor del río, cuando nos sorprende cada tantos pasos, en el camino del vado.
Lunes 6.30 am
En la plantita del ranúnculo, las ramas más inferiores parecen haber llorado. Pues aunque no están marchitas sí están pachuchas, igual que las hojas de una lechuga mojada. 5 ó 6 tachas sujetan pistas de actividades en el gotelé. Un móvil rojo y abandonado duerme una siesta ininterrumpida desde hace dos tardes, sobre la mesa del escritorio respingado. Sujetada por un broche de metal, la lechuza todo lo mira con extrañamiento, desde el cajón más alto de una cómoda de fantasía, que también tiene aderezado, con un poquito de celo, el moño de la braguita de Argelia, como un trofeo de nuestra primera fornicación. Y la última de tus imágenes continúa mirándome como si estuvieras viva en mí.
Me agradó leer este texto.
ResponderEliminarAún no podría definir su estilo. Pero, se lo percibe.
Saludos.
Muchas gracias poel comentario. Quizá yo tampoco podría definir su estilo, ya sabes lo que dicen, que la creatividad es una evolución constante.
EliminarUn gran saludo