7 de febrero, 22hs_Ya
fuera el corazón de Malgorzata o las cadenitas colgando de la pared:
los amuletos de mi cuarto no paraban de reír cuando tú estabas en
la esperanza de mis días. No se entiende porqué tantos sentimientos
encontrados siempre inclinan la balanza en favor de que me quieres.
En el escudriño de tus sentimientos nunca se sospecha que tu amor
sea finalmente una apatía, una indiferencia amable. Eres el único
superviviente que va desde aquí para allá en la espesa superjungla
de mi psique trastocada. ¿Qué quedó de mí luego de ti? Una
seguidilla de deliciosos arrumacos que se enciende en todas las
soledades de mi vida. Una etrna fantasía que tergiversa las
coincidencias infrecuentes y esporádicos contactos en los
voluntarios acerrcamientos y palabras oportunas que han nacido de ti.
11 de febrero_El de día
de hoy se fue esperando ver una señal en donde leer tu nombre. San
Pablo apóstol escribió:
Que los inteligentes
descifren en la coincidencia el número de la Bestia.
Así yo encuentro tu
nombre en la combinación de un sufijo y la sílaba que viene en la
próxima palabra. Hoy no fue hasta el anochecer que leí en un nick
el esperado Mireia. Cuando veo historias de amor no dejo de pensar
que podríamos ser nosotros. Sin embargo, lloro un poco cuando
termino de mirarlas, pues las realidades que vivimos no dejan de
demostrarme cuan imposible es estar a tu lado.
12 de febrero_ Sin
ninguna razón ni lógica, esta tarde sentí un fuerte impulso por ir
hasta ti. Es entonces que me pregunto si no será cierrto aquello que
pensé antaño, si no será posible cieta telepatía cuando se
piensan dos que se aman. Si así fuera, entonces tal vez tú te
hubieras acordado de este serrvidor al ponerrse el sol en el
horizonte subtormesino, poniendo en cada una de aquellas anheladas
ilusiones la bendita ilusión de verme cerca de ti.
Dnld 2018