
11
de abril, 2017 4.30am_Hoy soné con una canción que en los días
enamorados pensé regalarte. Se llamaba Seminare. Hoy expresa mucho
mejor lo que siento por ti. Refleja esta impotencia, esta
incertidumbre, que día por día se va convirtiendo en un inesquivable sentimiento de frustración. Pero siempre existe esa esperanza
equivocada que se aferra a la manera que tienes de mirarme (nuestra
única comunicación fuera de tus entusiasmados holas y los
circunspectos lapsus en los que nuestros pasos están cerca), que me dice
que todavía existe la remota pero tangible oportunidad de que alguna
vez podamos amarnos. En la cándida temperatura de tus ojos formulo
una y otra vez la introvertida verificación que nos revela un plan
divino para todo el mundo. Una parte de mi alma dice que sí, aunque
temo ser demasiado partidario de esta doctrina.
Mismo
día, 1.15pm_Apunté tu nombre para iniciar esta carta. En la
desesperación por amarte intento telepáticamente que oigas estas
palabras escritas. Si todo lo recorrido fue en vano, ¿por qué este
amor inmenso me sigue invitando a quererte a cada instante? ¿Por qué
las coincidencias no se han orquestado antes para que yo los viera
juntos?